jueves, 21 de febrero de 2013

Angeles Guardianes

El Libro de los Espíritus

Libro Segundo: Mundo Espiritista o de los Espíritus

Capitulo IX


VI.- Ángeles de la guarda. Espíritus protectores, familiares o simpáticos
 
489. ¿Hay Espíritus que se apegan a un individuo en particular, con el objeto de protegerlo?
  • Sí, el hermano espiritual. Es el que llamáis Espíritu bueno o genio bueno.
490. ¿Qué se ha de entender por “ángel de la guarda”?
  • El Espíritu protector de un orden elevado.
491. ¿Cuál es la misión del Espíritu protector?
  • La de un padre para con sus hijos: conducir a su protegido por la buena senda, ayudarle con sus consejos, consolarlo en sus aflicciones, sostener su valor en las pruebas de la vida.
492. El Espíritu protector ¿está apegado al individuo desde el nacimiento de éste?
  • Desde su nacimiento hasta su muerte, y con frecuencia le sigue después de ella en la vida espíritu, e incluso durante muchas existencias corporales, porque tales existencias no son sino fases muy cortas con relación a la vida del Espíritu.
493. La misión del Espíritu protector ¿es voluntaria u obligatoria?
  • El Espíritu está obligado a velar por vosotros porque aceptó esa tarea, pero le cabe elegir a aquellos seres que le son simpáticos. Para unos es un placer. Para otros, una misión o deber.
...
494. El Espíritu protector ¿está inevitablemente unido al ser confiado a su guarda?
  • Con frecuencia suele suceder que ciertos Espíritus abandonen su posición para cumplir diversas misiones. Pero en tal caso son sustituidos.
495. El Espíritu protector ¿abandona a veces a su protegido, cuando éste se muestra rebelde a sus consejos?
  • Se aleja de él si comprueba que sus consejos son inútiles y que la voluntad del individuo es proclive a someterse al influjo de los Espíritus inferiores. Pero de ningún modo lo abandona por entero, sino que siempre se hace escuchar. Entonces es el hombre quien cierra sus oídos. Y el Espíritu vuelve tan pronto como se le llama.
Una doctrina hay que debiera convertir a los más incrédulos, por su encanto y dulzura: es la del ángel de la guarda. Pensar que tenéis junto a vosotros a seres que os son superiores y que están permanentemente ahí para aconsejaros y sosteneros, para ayudaros a ascender la áspera montaña del bien; que son amigos más seguros y abnegados que las amistades más íntimas susceptibles de ser contraídas en esta Tierra, ¿no es acaso una idea muy confortadora? Tales seres se encuentran allí por orden de Dios. Él les ha puesto cerca de vosotros y ahí permanecen por amor a Él, cumpliendo a vuestro lado una bella aunque penosa misión. Sí, sea donde fuere que os halléis, él estará con vosotros: prisiones, hospitales, antros del vicio, soledad, nada de esto os separa de ese amigo a quien no podéis ver pero cuyos más tiernos impulsos y sabios consejos siente y escucha vuestra alma.
... SAN LUIS. SAN AGUSTÍN.
...
497. El Espíritu protector ¿puede dejar a su protegido a merced de un Espíritu que podría tener malas intenciones hacia él?
  • Los Espíritus malos suelen unirse para neutralizar la acción de los buenos. Pero si el protegido lo quiere, contará con toda la fuerza del Espíritu bueno. De no ser así, éste quizá encuentre a alguien a quien ayudar, aprovechando la oportunidad para ello mientras aguarda el momento de regresar junto a su protegido.
498. Cuando el Espíritu protector permite que su protegido se extravíe en la vida, ¿sucede esto por impotencia suya para luchar contra otros Espíritus que son malévolos?
  • No se trata de que no pueda, sino que no quiere, puesto que su protegido sale de las pruebas más perfecto y más instruido. Lo asiste con sus consejos, mediante los buenos pensamientos que le sugiere pero que, por desgracia, no siempre son escuchados. Sólo la debilidad, indolencia y el orgullo del hombre dan fuerza a los Espíritus malos. Su poder sobre vosotros procede únicamente del hecho de que no les oponéis resistencia.
499. El Espíritu protector ¿está constantemente con su protegido? ¿No existe alguna circunstancia en que, sin abandonarlo, lo pierda de vista?
  • Existen circunstancias en que la presencia del Espíritu protector junto a su protegido no es necesaria.
500. ¿Llega el momento en que el Espíritu no tiene ya necesidad del ángel de la guarda?
  • Sí, cuando ha alcanzado el grado en que puede guiarse a sí mismo, así como llega el momento en que el escolar ya no necesita maestro. Pero no ocurre ello en vuestra Tierra. 
...
502. El Espíritu protector que consigue llevar a su protegido por la buena senda ¿experimenta por ello algún bien para sí mismo?
  • Es un mérito que se le toma en cuenta, ya sea para su propio adelanto o bien para su felicidad. Es dichoso cuando ve que sus esfuerzos son coronados por el buen éxito. Triunfa con esto, así como un preceptor triunfa con los buenos logros de su alumno.
502 a. Si no obtiene un resultado positivo, ¿es responsable de ello?
  • No, puesto que hizo lo que de él dependía.
503. El Espíritu protector que ve a su protegido seguir el camino falso a pesar de sus advertencias, ¿siente pena por eso? ¿No es este hecho un motivo de perturbación para su felicidad?
  • Sufre por esos errores, y los lamenta. Pero la aflicción no equivale a las angustias de la paternidad terrestre, porque él sabe que el mal tiene remedio y que lo que no se hace hoy se hará mañana.
...
506. Cuando nos hallemos en la vida espírita ¿reconoceremos a nuestro Espíritu protector?
  • Sí, porque muchas veces ya le conocíais antes de vuestra encarnación.
507. ¿Todos los Espíritus protectores pertenecen a la clase de Espíritus superiores? ¿Puede haber entre aquéllos los que pertenezcan a grados intermedios? Un padre, por ejemplo, ¿podrá llegar a ser el Espíritu protector de su hijo?
  • Es posible, pero la protección supone cierto grado de elevación, y un poder o virtud suplementaria concedida por Dios. El padre que protege a su hijo puede ser él mismo asistido por un Espíritu más elevado.
...
509. Los hombres en estado salvaje o de inferioridad moral ¿poseen asimismo sus Espíritus protectores? Y en caso afirmativo ¿son esos Espíritus de un orden tan elevado como los que asisten a los hombres muy adelantados?
  • Cada hombre tiene un Espíritu que vela por él, pero las misiones son relativas a su objeto. No daréis un profesor de filosofía a un niño que está aprendiendo a leer. El progreso del Espíritu familiar sigue al del Espíritu protegido. Aun teniendo un Espíritu superior que vele por vosotros, podéis por vuestra parte pasar a ser el protector de un Espíritu que os sea inferior, y los progresos que le ayudéis a lograr cooperarán a vuestro propio adelanto. Dios no pide al Espíritu más de lo que corresponda, según sus fuerzas y el grado que haya alcanzado.

Continuará... 

AMOR FRATERNAL

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