sábado, 24 de octubre de 2015

Adquisición de la Conciencia

Momentos de Salud y de Conciencia
Divaldo Franco - Juana de Ângelis

En el momento de concientización, es decir, en el instante a partir del cual consigues discernir con acierto, usando como parámetro el equilibrio, alcanzas un nivel elevado en la condición de ser humano.
Efecto natural del proceso evolutivo, esa conquista te permitirá determinar el valor de factores profundos, tales como el bien y el mal, lo correcto y lo incorrecto, el deber y la irresponsabilidad, la dignidad y la humillación, la nobleza y la vulgaridad, lo lícito y lo irregular, la libertad y el libertinaje.

Al trabajar con datos no palpables, sabrás seleccionar los fenómenos de la existencia y los acontecimientos, para que tus formas de seguridad sean aquellas que proporcionan bienestar, armonía, progreso moral, tranquilidad...
Esa conciencia no es de naturaleza intelectual ni una actividad de los mecanismos cerebrales, sino la fuerza que los impulsa, porque ha nacido con las experiencia evolutivas, exteriorizándose en forma de acciones.
La encontramos en personas incultas intelectualmente, y ausente en otras que son portadoras de conocimientos académicos.

Si analizamos la conducta de un especialista en problemas respiratorios,que conoce intelectualmente los daños provocados por el tabaco, por el alcohol y otras drogas adictivas, y que a pesar de eso utiliza alguno de dichos flagelos, significa que aún no logro la conquista de su conciencia. Sus datos culturales son tan frágiles que no dispone de valor para fomentar en sí mismo una conducta saludable.

Por extensión, la persona que comete un crimen del aborto -bajo falsos argumentos legales o reclamando derechos que cree poseer-, así como todos aquellos que los promueven o ejecutan, incurren en la misma falta de conciencia, pues se comportan bajo la acción del instinto y, a veces, de la astucia y la comodidad disfrazadas de inteligencia.
Otros individuos, a pesar de que no tienen conocimiento intelectual, poseen lucidez para actuar ante los desafíos de la existencia, y eligen el comportamiento no agresivo y digno, incluso con la contribución del sacrificio.

La conciencia puede ser entrenada mediante ejercicios de los valores morales elevados, que tienen por objetivo el bien del prójimo y, por consiguiente, el bien propio.

El esfuerzo para adquirir hábitos saludables conduce a la concientización de los deberes y de las responsabilidades pertinentes a la vida.
Heredero de sí mismo, de las experiencias pasadas, el ser evoluciona por etapas en las que adquiere nuevos recursos, corrige errores anteriores y suma conquistas. Jamás retrocede en ese proceso, aunque reencarne entre las paredes de enfermedades que limitan el cuerpo, la mente o la emoción, generando tormentos. Los logros evolutivos permanecen adormecidos hasta que en futuros proyectos se manifiestan con lucidez.

La adquisición de la conciencia es el desafío de la vida que merece examen, consideración y trabajo.




Tu existencia terrena puede ser considerada una empresa que debes dirigir en forma segura, lo mas cuidadosamente posible.

Tendrás que trabajar con algunos datos concretos y con otros más abstractos en el área de la programación de actividades, a fin de alcanzar el éxito. El empeño y la dedicación se transformarán en mecanismos para obtener ganancias, a los que siempre podrás recurrir durante las situaciones difíciles.
Algunas breves reglas te ayudarán en el desempeño de tu emprendimientos:

    Administra tus conflictos. El conflicto psicológico es inherente a la naturaleza humana, y todos lo sufren.
    Evita elegir hombres-modelo para seguir. Ellos también son vulnerables a las mismas presiones que tú experimentas y, a veces, se comprometen, lo que en modo alguno debe constituir una falta de estímulo para ti.
    Concédete una mayor dosis de confianza en tus valores, dignificándote con el esfuerzo para mejorar siempre y sin desánimo. Si te equivocas, vuelve a intentarlo; y si aciertas, sigue adelante.
    No evites enfrentar los problemas usando expedientes falsos, comprometedores, que te sorprenderán más tarde con dependencias infelices.
    Reacciona contra la depresión, trabajando sin auto-compasión ni comodismo perezoso.
   Ten en mente que tus problemas no son los peores; tienen el peso y el volumen que tú les atribuyes.
    Libérate de la queja pesimista y medita más en las fórmulas para preservar y producir.
    Nunca cedas espacio a la hora vacía, que se llena de tedio, malestar y turbación.
    Lo que hagas, hazlo bien, con dedicación.
   Recuerda que eres humano, que el proceso de concientización es lento, y que adquirirás seguridad y lucidez a través de la acción continua.



Interesado en descifrar los enigmas del comportamiento humano, Allan Kardec indagó a los Benefactores y Guías de la Humanidad, según se lee en El libro de los Espíritus, párrafo 621:

-¿Dónde está escrita la ley de Dios?
- En la conciencia. - Respondieron con sabiduría.

La conciencia es el nivel elevado al que debes acceder a fin de avanzar rumbo a la angelitud.


Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL













jueves, 22 de octubre de 2015

LOS PADRES

Constelación Familiar

Divaldo Franco - Joanna de Ângelis

Los padres


Una constelación familiar está compuesta por espíritus afines, ya sea por las realizaciones nobles del amor o por los graves compromisos perturbadores a los que se vincularon en otras existencias. De todos modos, esta unión puede organizarse con otros espíritus que se postulan al cariño, como ensayo para ampliar sentimientos afectivos en torno de la sociedad en general, para organizar la sociedad universal...
A los padres les cabe la importante y laboriosa tarea de prepararse a sí mismos para el sublime cometido, gracias al cual se desarrollan, en un incesante crecimiento, los valores intelecto-morales, preparándolos para las inestimables conquistas de la paz y de la felicidad que anhelan.
Comprometidos antes del renacimiento, a causa de los deberes impostergables, los espíritus que conformarán el grupo familiar asumen responsabilidades frente a la futura descendencia, al elaborar planes y proyectos que se deberán ejecutar cuando se encuentren en la organización carnal, de modo de cumplir con la imposición evolutiva.

Consultados los mapas de las responsabilidades personales, los guías espirituales les presentan a aquellos que habrán de ser sus hijos, con cuya convivencia desarrollarán los sentimientos de amor y propondrán las pautas para el proceso de crecimiento espiritual, en el cual todos deberán alcanzar las metas que persiguen.
Por tanto, preparados por anticipado, esos futuros padres diseñan los programas de auto-iluminación, de responsabilidad frente a la vida, que les permite ejercitar la paciencia y el amor para el éxito de la empresa, y tomar conciencia de las altas responsabilidades que habrán de asumir.
Reencarnados, avanzan a veces por caminos diferentes hasta el momento del reencuentro, cuando se identifican afectivamente, vinculándose para llevar a cabo la unión conyugal indispensable para la organización de la familia.

No siempre, sin embargo, los planes cuidadosamente elaborados pueden desarrollarse conforme sería lo ideal, dentro de la programación establecida, debido a la precipitación emocional y al desajuste psicológico, como consecuencia del ímpetu y la inmadurez sexual, que invariablemente se transforma en conflicto e insatisfacción.
En ese caso, los arrebatos de la pasión consumen los mejores sentimientos, empujando a la pareja hacia un futuro tedioso en la relación o hacia la agresividad como fruto de la saturación y del despertar de los nuevos apetitos...
Para evitar los dramas de esa naturaleza es indispensable que haya una conciencia de responsabilidad en el uso del sexo, cuyo objetivo primordial es la procreación, además de las bendiciones que derivan de la verdadera unión de los individuos que se renuevan mediante las hormonas que fluyen del vínculo matrimonial, tanto las de naturaleza fisiológica, como aquellas otras que conducen cargas emocionales que los equilibran y pacifican.

Por los tanto, la paternidad como la maternidad, debe ser responsable, consciente del significado de la unión, a fin de que sean evitados los recursos dañinos del aborto provocado y de sus lamentables trastornos de graves consecuencias.
El aborto jamás resuelve o suprime los errores cometidos por imprevisión, puesto que da lugar al crimen del niño por nacer, que agrava el proceso evolutivo de aquel que lo comete.
La madurez psicológica, que se expresa a través de la conciencia del deber y de la adquisición de un trabajo digno que otorga seguridad a la descendencia, se convierte en una necesidad, incluso antes de que se asuma el compromiso familiar.

La vida no se improvisa, toda ella es una obra de organización superior que debe ser llevada adelante con seriedad y seguridad.
De ese modo, la disciplina moral en la conducta de la pareja - conyúgues o no - es un factor de relevante significado para la organización familiar, al proporcionar la identificación de sentimientos entre los miembros que la constituirán.

Por eso el amor es fundamental para una legítima relación afectiva, y nunca puede ser descartado ni sustituido por los desvíos del comportamiento o fraude moral, que involucren a uno u otro miembro de la pareja.

Desde el momento del nacimiento de un hijo, los padres son invitados por la vida a un cambio en los objetivos existenciales.
Al principio, cuando se preparaban para el placer, para el disfrute de las alegrías de la vida en común, todo era divertido y cordial, pero con la llegada del hijito un natural cambio de conducta debe tomar el lugar de las aspiraciones vigentes, porque a partir de entonces, la responsabilidad para con el de la propia carne se vuelve primordial.
Los cuidados que el recién nacido exige alteran completamente los hábitos mantenidos hasta entonces, proponiendo nuevas conductas y actividades, en las cuales la renuncia personal comienza a imponerse en beneficio del ser frágil y en desarrollo, que espera apoyo y orientación de sus padres.
A partir de allí, los placeres personales se convierten en deberes para con el hijito, transformándose en una felicidad, en una infinita satisfacción de cuidarlo y darle la asistencia emocional y moral que necesita, en la condición de avecilla sin plumas que requiere tiempo para comenzar su propio vuelo...

La conducta de los padres en su relación mejora de manera equivalente, porque educar en un ofrecer ejemplos, dado que el educando copia con más facilidad las lecciones vivas que le son presentadas, antes que las teorías con es informado.
Si los ejemplos en el hogar son fecundos en amor, respeto y paciencia, los hijos se tornan afables, dignos y gentiles, a excepción de aquellos que son portadores de trastornos de conducta o víctimas de fenómenos teratológicos (1), debido a la necesaria imposición expiatoria.
Incluso en esos casos, las vibraciones que derivan de la conducta de los padres contribuyen en gran medida para la paz y el equilibrio de esos espíritus que se encuentran en lucha de sublimación en el crisol de las impostergables reparaciones.

La capacidad de repartir el amor, cuando la descendencia se multiplica, es otro deber del que los padres deberán tomar conciencia, para evitar situaciones de conflictos por celos reales o no, a través de atenciones especiales con relación a unos en detrimentos de otros, porque todos proceden de la misma cadena genética.
Se sabe que muchos espíritus que renacen en el mismo hogar, no siempre son acreedores del mismo afecto, no obstante, esa es la oportunidad de unión y de reparación, para armonizar los sentimientos en un mismo tono vibratorio de simpatía.

Desdichadamente, la falta de madurez psicológica de muchos adultos que se convierten en padres, los conduce a comportamientos infantiles, intentando mantener los mismos hábitos que tenían antes de tener hijos.
Si consideramos los modernos modelos de tolerancia para con las conductas morales permisivas, esos adultos lamentan no poder disfrutar de los engañosos placeres, al ignorar las nuevas responsabilidades, a fin de mantenerse distantes de los deberes nuevos que les corresponde atender.
Piensan que convirtiéndose en proveedores de los recursos que mantienen el hogar, ya están demasiado sacrificados como para asumir nuevos compromisos y renuncias.
Prosiguen en las actitudes irresponsables que tuvieron con anterioridad o transfieren sus frustraciones hacia los hijos, ofreciéndoles bienestares inadecuados, empujándolos a asumir compromisos livianos y frívolos, vinculados mas a los placeres sensoriales, sin los correspondientes deberes para con el desarrollo de la inteligencia, de la moral, de la salud mental.

Muchas madres transmiten a sus hijas, aún pequeñas, sus angustias y frustraciones, convirtiéndolas en modelos infantiles que imitan a los adultos, robandoles la infancia, alejándolas de las benditas oportunidades de vivir en forma conveniente a la construcción de valores significativos, anticipándoles el desarrollo de la sensualidad, del erotismo, de la falta de respeto por el cuerpo y la vida...

Padres varones inescrupulosos inician a sus hijos en los vicios que les engalanan la personalidad, desde temprana edad, induciéndolos al tabaco, al alcohol, a la agresividad, a la falta de respeto en el hogar y posteriormente en la sociedad.

Muchos otros, adornan a sus hijos como si fuesen objetos de exhibición, y de esa forma se muestran a sí mismos a través de ellos, al llamar la atención para una exhibición sin mayor preocupación con el carácter, con la realización íntima.

Los hijos son responsabilidades serias que no pueden ser descuidadas sin las correspondientes consecuencias.

Mientras no surja una conciencia doméstica fundamentada en el amor responsable y profundo, sin las sensibilidad de la inmadurez psicológica de los individuos desequilibrados, la familia sufrirá la atrofia de los valores morales, cayendo en la anarquía y en la insensatez que caracteriza a la sociedad contemporánea.

Por otro lado, la madurez sexual extemporánea, como resultado de las provocaciones pornográficas y del erotismo que va en aumento condice a los jóvenes a relaciones momentáneas, desprovistas de significado, a veces por curiosidad y en otros momentos por impulsos salvajes, que empujan a las jóvenes aún adolescentes y totalmente sin preparación hacia la maternidad, procreando sin conciencia para luego abandonar a los hijos, a semejanza de algunos animales que se liberan de las crías con total insensibilidad.
Esos huérfanos de padres vivos, incluso cuando son amparados por sus abuelos amargados, que en ellos se cobran la irresponsabilidad de los hijos, se desarrollan casi siempre sin afecto, relegados a planos secundarios, considerados cargas indeseables, que dificultarán la economía social con pesado tributo.

Rebeldes con la situación en la que se encuentran, se reúnen en bandas, en tribus, en grupos de excluidos, para aumentar los conflictos que estallan en las calles, en las comunidades, en el terrorismo, en la criminalidad desordenada...
Otros son recolectados por los traficantes de drogas que los utilizan como distribuidores de ese sórdido vehículo de descomposición moral y humana, copartícipes de la muerte anticipada,que se extiende por los antros escondidos o aparecen en los departamentos de lujo y de locura, arrebatando vidas...

El hogar, por tanto, cuando se pervierte, amenaza la estructura de la sociedad. 
El Hogar, no obstante, se sustenta en las bases vigorosas que son los padres, por cuanto de ellos depende su edificación o su derrumbe.
El decálogo mosaico aborda el mandamiento en el cual la Ley Divina impone el amor y el respeto al padre y a la madre, pero también pertenece al Soberano Código el mandato según el cual los padres deben esforzarse por merecer el respeto y el amor de sus hijos a traces de su conducta en relación a los mismos.










sábado, 10 de octubre de 2015

CONSTELACIÓN FAMILIAR

La escuela familiar

Libro: Constelación Familiar
Autor: Divaldo Franco (Médium) Joanna de Angelis (Espíritu)

La familia es el resultado de un largo proceso evolutivo del espíritu en la extensa trayectoria recorrida por medio de las sucesivas reencarnaciones.
Como resultado del instinto gregario que une a todos los animales, aves, reptiles y peces, en grupos que se auxilian y que dependen recíprocamente, en el ser humano alcanza un nivel relevante y de alta significación, debido a la conquista del razonamiento, de la conciencia.
De esa forma, la familia es el cimiento sobre el cual la sociedad se edifica, al convertirse en la primera escuela del espíritu, donde son perfeccionadas las facultades que liberan los recursos que duermen latentes.
La familia es la escuela de bendiciones donde se aprenden los deberes fundamentales para una vida feliz y sin cuyo apoyo terminan los ideales, desfallecen las aspiraciones, se marchitan las resistencias morales.
Cuando el individuo opta por la soledad, termina siendo portador de trastornos de conducta y de la emoción, con la excepción de los grandes místicos e investigadores de la ciencia, filósofos y artistas que abrazan los objetivos superiores como si fueran su familia.
La familia, organizada antes de la reencarnación, cuando son elegidos los futuros miembros que la conformarán o siendo el resultado de la precipitación sexual de muchos individuos, es siempre el santuario que no puede dejar de ser considerado sin tener en cuenta los graves prejuicios para quien perturbe su estructura.
El hogar es el taller permanente donde se templan los sentimientos y las emociones, dándoles la dirección correcta y la orientación segura para las acciones del futuro.
Por esta razón, no se vive en la familia ideal, en aquella en la cuál se desearía convivir con espíritus nobles y ricos de sabiduría, sino en el grupo donde son mejor atendidas las necesidades de la evolución.

Muchas veces, en el grupo domestico surgen las reminiscencias perturbadoras del Más Allá o de otras existencias, que deben ser trabajadas a través del cincel de la misericordia, de la tolerancia y de la compasión, a fin de que puedan ser archivadas como emociones diferentes y ennoblecidas, que contribuirán en favor del progreso de todos.
Fruto de la inspiración divina, la familia es la oportunidad superior del entendimiento y de la verdadera fraternidad, de donde surgirá el grupo mayor, equilibrado y rico de valores, que luego formará la sociedad.
Por ello, en los momentos en que la familia se desintegra bajo los golpes de la impiedad y de la agresión o se diluye debido a la ilusión adormecida por sus miembros o se desmorona en razón de la imprevisión, la sociedad sufre una gran opresión.
En el hogar se fomentan y desarrollan los recursos de la compresión humana o los de la agresividad y el resentimiento contra los demás seres humanos.
La constelación familiar no es una aventura al país engañoso del placer y de la fantasía, sino una experiencia profunda, que otorga la verdadera comprensión de la finalidad de la existencia terrenal con los ojos puestos en el futuro de la humanidad.

Campo experimental de luchas íntimas y externas, constituye la inusual oportunidad para que el espíritu se entrene en los emprendimientos personales, sin perder el contacto con la realidad externa y con las demás personas.
Incluso cuando no se corresponde con las expectativas personales, a causa del reencuentro con los adversarios o con temperamentos poco amistosos, en el hogar se adquiere la necesaria filosofía de vida para conducirse con equilibrio durante toda la existencia.
El ejercicio de la paciencia dentro del clan familiar es una contribución muy valiosa para alcanzar la experiencia de iluminación, porque si aquellos con los cuales se convive se convierten en seres difíciles de ser amados, generando dificultades emocionales que se originan continuamente, ¿como se puede experimentar amor en relación a personas con las cuales no se tiene vínculo ninguno, sino por la pasión o los sentimientos de intereses pasajeros?
En el hogar, donde se es conocido y es muy difícil ocultar las heridas interiores, son pulidas las imperfecciones en continuas dificultades que no deben caer en las luchas de la indiferencia o del odio, de los celos o de la rebeldía.

Aquel que hoy se presenta agresivo y cínico en el grupo doméstico, dando lugar a luchas perversas, se encuentra enfermo del alma, merece orientación y exige más paciencia.
Nadie se vuelve infeliz por simple placer, sino como consecuencia de muchos factores que le son desconocidos. El propio paciente ignora la perturbación de la que es portador, deteniéndose, invariablemente, en el tormento en que se debate, sin capacidad de discernimiento para evaluar los daños que produce en el grupo donde se encuentra, ni tiene la debida compresión de cuánto necesita para superarse y actuar correctamente.
Por eso mismo, se transforma en un desafío familiar, al ser el transmisor de altas cargas tóxicas de antipatía, de agresividad, de desequilibrio.
La constelación familiar recuerda el equilibrio que rige el Universo: los astros menores giran atraídos por la fuerza de los mayores, en el caso específico de las estrellas, los planetas, satélites y asteroides...En el tema que tratamos, son los padres las estrellas de primera magnitud cuya fuerza gravitacional se impone a los hijos, en la condición de planetas alrededor, así como de futuros satélites que girarán en su entorno bajo la atracción de los efectos, que son todos aquellos que se vinculan a los descendientes.
En los astros hay perfecta armonía debido a las leyes cósmicas que los mantienen en continuo equilibrio. No obstante, en la familia, en razón de los sentimientos, de las individualidades, de las experiencias pasadas, el fenómeno es muy diferente, puesto que el equilibrio oscila de acuerdo con el desarrollo ético-moral de cada uno, que se presenta conforme es y no como nos gustaría que fuese.
Por mas que sea combatida por los nuevos modelos de la locura que se extiende por al Tierra, la familia no desaparecerá del contexto social, en la condición de institución superada, porque el amor que siempre existirá en el hogar, núcleo de formación que es, para expandirse en dirección del colosal grupo humano.

Quien no consigue la capacidad de amar a aquellos con los cuales convive, difícilmente podrá amar a los que no conoce.
El combustible del amor se inflama con mayor potencia cuando es fortalecido por la convivencia emocional. En otras condiciones se trata sólo de una atracción física pasajera, de la libido exagerada que luego cede lugar al desencanto, al tedio, al desinterés.

Por lo tanto la familia es un núcleo de embellecimiento espiritual, que proporciona el aprendizaje de las relaciones futuras exitosas.
En el grupo animal, cuando los hijos adquieren la capacidad de conseguir alimento, los padres los abandonan; y excepcionalmente en algunas especies eso ocurre antes.
En el círculo humano de la familia es diferente: los lazos entre padres e hijos jamás se rompen, incluso cuando hay dificultades en la relación actual o que exige el traslado de los problemas a otras oportunidades en el futuro reencarnacionista, que se repite hasta la adquisición del equilibrio afectivo.
La Divina Ley establece que solamente a través del amor el espíritu encuentra la plenitud, y la familia es el lugar donde se perfecciona ese sentimiento, que se extiende en diversas expresiones de ternura, de abnegación, de afectos...
Con el entrenamiento doméstico el espíritu adquiere la capacidad de amar con mas amplitud, para alcanzar a la sociedad, que se le convierte entonces un familia universal.

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL