miércoles, 6 de febrero de 2013

Justicia de la Reencarnacion


EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS


Libro Segundo: MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPÍRITUS
Capitulo IV: PLURALIDAD DE EXISTENCIAS 
 
II - JUSTICIA DE LA REENCARNACIÓN:
 
 
 171. ¿En qué se funda el dogma de la reencarnación?
  • En la justicia de Dios y en la revelación, porque sin cesar os lo repetimos: Un buen padre deja siempre a sus hijos una puerta abierta para el arrepentimiento. ¿No te dice la razón que sería injusto privar para siempre de la dicha eterna a todos aquellos de quienes no ha dependido mejorar? ¿Acaso todos los hombres no son hijos de Dios? Sólo entre los humanos egoístas se encuentra la iniquidad, el odio implacable y los castigos sin perdón.
Todos los Espíritus tienden a la perfección y Dios les provee los medios de obtenerla mediante las pruebas de la vida corporal. Pero, en su justicia, les reserva que cumplan en nuevas existencias lo que no pudieron hacer o perfeccionar en una primera prueba.
No estaría de acuerdo con la equidad y la bondad de Dios castigar para siempre a aquellos que han podido encontrar obstáculos para su mejoramiento, independientemente de su voluntad y en el medio mismo donde se hallaban ubicados. Si la suerte del hombre después de su muerte estuviera irremedia-blemente fijada, Dios no habría pesado las acciones de todos con la misma balanza y no los hubiera tratado con imparcialidad.
La doctrina de la reencarnación, esto es, aquella que consiste en admitir para el hombre muchas existencias sucesivas, es la única que responde a la idea que nos formamos de la justicia de Dios para con hombres de una condición moral inferior, la única que puede explicarnos el porvenir y fundamentar nuestras esperanzas, puesto que nos ofrece el medio de rescatar nuestras faltas mediante nuevas pruebas. La razón nos lo indica y los Espíritus así lo enseñan.
El hombre que tiene conciencia de su inferioridad encuentra en la doctrina de la reencarnación una esperanza consoladora. Si cree en la justicia de Dios no puede esperar que será por siempre diferente de aquellos que han obrado mejor que él. El pensamiento de que esa inferioridad no lo deshereda para siempre del bien supremo, y que podrá conquistarlo por medio de nuevos esfuerzos, lo sostiene y reanima su valor. ¿Quién, al término de su carrera, no lamenta haber adquirido demasiado tarde una experiencia que ya no puede aprovechar? Pero esa experiencia tardía no está perdida, pues la aprovechará en una nueva existencia.

III - ENCARNACIÓN EN LOS DIFERENTES MUNDOS
 
172. Nuestras diversas existencias corporales ¿se cumplen todas en la Tierra? 
  • No, no todas, sino en los distintos mundos. Las de la Tierra no son las primeras ni las últimas, y son de las más materiales y alejadas de la perfección.
173. En cada nueva existencia corpórea, ¿pasa el alma de un mundo a otro, o puede cumplir varias en un mismo globo? 
  • Puede encarnar muchas veces en un mismo globo, si no está lo bastante adelantada para pasar a un mundo superior.
173 a. Así pues, ¿podemos reaparecer varias veces en la Tierra. 
  • Ciertamente.
173 b. Y después de haber vivido en otros mundos ¿podemos volver aquí? 
  • Seguro. Es posible que hayáis vivido ya en otras partes y también en la Tierra.
174. Reencarnar en la Tierra, ¿constituye una necesidad? 
  • No. Pero si no adelantáis podréis ir a otro mundo que no sea mejor que la Tierra, o que sea aún peor.
175. ¿Existe una ventaja en volver a vivir aquí? 
  • Ninguna ventaja en particular, a menos de estar cumpliendo una misión. Entonces se adelanta, aquí como en otras partes.
175 a. ¿No seríamos más dichosos si permaneciéramos en el estado de Espíritus? 
  • ¡No, no! Se quedaría estacionario, y lo que se quiere es adelantar hacia Dios.


 Continuará...
 
Centro Espírita
AMOR FRATERNAL 

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