jueves, 30 de mayo de 2013

Regeneración de la Humanidad

Obras Póstumas

Allan Kardec

Segunda parte: PREVISIONES ACERCA DEL ESPIRITISMO

Todos los días nos levantamos, miramos a nuestro alrededor y vemos que el mundo parece un caos, y nos preguntamos ¿que esta pasando Dios que todo esta dado vueltas?. Encendemos la tele y vemos las atrocidades y calamidades que el hombre en su afán de poder comete sin importarle quien o que queda en el camino. Vemos que la naturaleza reacciona, se acomoda, se sacude como advirtiendonos que algo no estamos haciendo bien, y nos volvemos a preguntar ¿tengo algo que ver con todo esto que sucede? acaso, ¿es el fin del mundo?. Muchos creen que si, que la Tierra a llegado a un punto en que todo debe desaparecer para poder regenerarse.
El mundo de los espíritus hace 147 años instrian al Maestro Kardec y le decian: 

Los acontecimientos se precipitan con rapidez, y por lo tanto, no os decimos como otras veces: "Los tiempos están próximos", sino que os decimos: "Los tiempos han llegado".


Por estas palabras no entendáis un nuevo diluvio, ni un cataclismo, ni una revuelta general. Las convulsiones parciales del globo han tenido lugar en todas las épocas y se producen aún, porque tienden a su constitución; pero estos no son los signos de los tiempos.
Y no obstante, todo lo que fue predicho en el Evangelio, debe cumplirse y se cumple en este instante, como vosotros lo conoceréis más tarde; mas no toméis los signos anunciados sino como figuras de las que es necesario buscar el Espíritu y no la letra. Todas las Escrituras contienen grandes verdades bajo el velo de la alegaría, y por esto los comentaristas que se han aferrado a la letra, se han equivocado. Les faltaba la clave para descifrar el sentido verdadero. Esta clave se halla en los descubrimientos de las ciencias y en las leyes del mundo invisible que os revela el Espiritismo. De hoy en adelante, con la ayuda de estos nuevos conocimientos, lo que está oscuro se hará claro e inteligible.
Todo sigue el orden natural de las cosas, y las leyes inmutables de Dios no serán por ningún concepto interrumpidas. No veréis, por consiguiente, ni milagros, ni prodigios, ni nada sobrenatural en el- sentido vulgar que se da a estas palabras.
No miréis al cielo para buscar los signos precursores, porque no los hallaréis, y aquellos que os los anuncien os engañarán; pero mirad en torno de vosotros, entre los hombres, y aquí los hallareis. ¿No sentís un viento que sopla sobre la tierra y agita todos los Espíritus? El mundo está atento y como en expectativa de un presentimiento vago acerca la proximidad de la tormenta.
No creáis por esto que venga el fin del mundo material: la tierra ha progresado después de su transformación, debe progresar aún y no puede ser destruida; pero la humanidad ha llegado a uno de esos períodos de transformación, y la tierra va a elevarse en la jerarquía de los mundos.
No es, pues, el fin del mundo material lo que se prepara; es el fin del mundo moral, esto es, del viejo mundo, del viejo mundo de los prejuicios, del egoísmo, del orgullo y del fanatismo. Cada día se lleva algunos restos. Todo concluirá para él con la generación que se va, y la generación nueva elevará el nuevo edificio que las generaciones siguientes consolidaran y completaran.
De mundo de expiación, la tierra está llamada a ser un día un mundo de felicidad, y su habitación será una recompensa en lugar de ser un castigo. El reinado del bien debe suceder al reinado del mal. Para que los hombres sean felices sobre la tierra, se hace preciso que no sea poblada más que por Espíritus encarnados y desencarnados que sólo quieran el bien. Este tiempo ha llegado ya. Una grande emigración, de entre los que la habitan se está realizando en este momento. Aquellos que hacen el mal por el mal y a los que el sentimiento del bien no les atañe, son indignos de la tierra transformada y serán excluidos, porque le llevarían de nuevo las revueltas y confusiones, siendo un obstáculo a su progreso. Irán a expiar su endurecimiento en mundos inferiores, donde portarán el caudal de sus conocimientos y servirán a la causa del perfeccionamiento. En la tierra serán reemplazados por Espíritus mejores, que harán reinar entre ellos la justicia, la paz y la fraternidad.
La tierra, hemos dicho ya, no debe ser transformada por un cataclismo que acabe súbitamente con una generación. La actual desaparecerá gradualmente y la nueva le sucederá del mismo modo, sin que nada se altere en el orden ordinario de las cosas. Exteriormente todo pasar en su forma habitual con la sola y esenciadísima diferencia de que una parte de los Espíritus que en ella se encarnaban, no volverán a encarnarse. En el niño que nazca, en vez de encarnar un Espíritu atrasado y con tendencias al mal, encarnará un Espíritu adelantado y portador del bien. Se trata, por lo tanto, menos de una generación corporal que de una nueva generación de Espíritus; y aquellos que esperan ver operarse esta transformación por efectos sobrenaturales y maravillosos, sufrirán una decepción.
La época actual es de transición: los elementos de dos generaciones se confunden. Colocados en el punto intermedio, asistís a la partida de una y a la llegada de otra, y cada cual se manifiesta en el mundo por los caracteres que le son propios.
Las dos generaciones tienen ideas y puntos de vista diametralmente opuestos. En la naturaleza de las disposiciones morales, y, sobre todo, de las intuitivas e innatas, es fácil distinguir a cual de las dos pertenece cada individuo.
 

La nueva generación, debiendo fundar la era del progreso moral, se distingue por una inteligencia y una razón generalmente precoces, aunadas a un sentimiento innato del bien y de las creencias espiritualistas; todo lo cual es signo indubitable de cierto grado de progreso anterior. No se crea por esto que toda ella la compongan Espíritus eminentemente superiores, pero si de aquellos que habiendo progresado lo bastante, están predispuestos a asimilarse todas las ideas progresivas y sean aptos para secundar el movimiento regenerador.
Se distingue, por el contrario, a los Espíritus atrasados, por su rebelión desde el primer instante contra Dios, negando la providencia y todo poder superior a la humanidad; y después, por la propensión instintiva a las pasiones degradantes, a los sentimientos antifraternales del orgullo, la malevolencia, los celos, la lujuria, en fin, por el predominio, por el deseo vehemente en ellos hacia todo lo que es material.
De estos vicios debe la tierra purgarse por el alejamiento de aquellos que rehúsan su enmienda y son incompatibles, por lo mismo, con el reino de la fraternidad y con los hombres de bien, que sufrirían con su contacto. La tierra será libertada y los hombres marcharán sin trabas hacia el porvenir mejor, que les está reservado en ese planeta como premio a sus esfuerzos y perseverancia, en tanto que una depuración más completa les abre la entrada en los mundos superiores.
Por esta emigración de los Espíritus no debéis entender que todos los retardatarios serán expulsados de la tierra y relegados a mundos inferiores. Muchos, por el contrario, reencarnarán para ceder al empuje de las circunstancias y del ejemplo, porque su corteza era peor todavía que el fondo. Una vez sustraídos a la influencia de la materia y de los prejuicios del mundo corporal, la mayor parte, y de esto lograréis muchos ejemplos, verán las cosas de una manera totalmente diferente de cuando vivan. En esto serán ayudados por los Espíritus buenos que se interesan por su bien y que se prestan a mostrarles el falso camino que habían seguido. Por vuestras preces y vuestras exhortaciones podéis también contribuir a su mejoramiento, estableciendo de este modo la solidaridad perpetua entre los muertos y los vivos.
Para aquellos, pues, que puedan volver de nuevo, esta vuelta les será un bien, porque será una recompensa. ¿Qué importa lo que ellos hayan sido ni lo que hayan hecho, si están animados de mejores sentimientos? Lejos de ser hostiles a la sociedad y al progreso, serán auxiliares útiles porque pertenecerían a la nueva generación.
No habrá, pues, exclusión definitiva mas que para los Espíritus profundamente rebeldes, para aquellos a quienes el orgullo y el egoísmo, más que la ignorancia, les tiene sordos a la voz del bien y de la razón. Y aun estos mismos no serán condenados a una inferioridad perpetua, sino que vendrá un día en que repudiarán su pasado y abrirán los ojos a la luz.
Rogad por estos endurecidos a fin de que se enmienden ahora que es tiempo, porque el día de la expiación se les aproxima. Desgraciadamente, desconociendo la voz de Dios, la mayor parte de ellos persistirán en su ceguera, y su resistencia señalará el fin de su reinado por el de las luchas terribles. En su error correrán presurosos a su propia perdición. Apelarán a la destrucción que engendra multitud de males y de calamidades; y de este modo, sin quererlo, precipitarán el advenimiento de la nueva era, pero como la destrucción no será tan rápida como sus deseos, se multiplicarán los suicidios hasta en los niños, en una proporción desconocida. La locura no habrá arrebatado jamás tan gran número de hombres al libro, de los vivos aun antes de que estén muertos. Estas serán las verdaderas señales de los tiempos. Y todo se cumplirá por el encadenamiento de las circunstancias, sin que nada se derogue en las leyes de la naturaleza, tal como os lo llevamos dicho.
Entretanto, a través de la densa sombra que os envuelve y en medio de la grande tempestad que os amenaza, ¡ved aparecer los primeros fulgores de la era nueva! La fraternidad sienta sus fundamentos en todos los puntos del globo y los pueblos se tienden la mano; la barbarie se familiariza al contacto de la civilización; los prejuicios de razas y sectas, que han hecho derramar lagos de sangre, se extinguen; el fanatismo y la intolerancia pierden terreno, mientras que la libertad de conciencia se abre paso entre los buenos y se proclama como un derecho. Por todas partes las ideas fermentan: se ve el mal y se ensaya remediarlo, pero muchos caminan sin brújula y se engolfan en utopías. El mundo se halla empecinado en un inmenso trabajo de transformación que durará un siglo; en este trabajo, todavía confuso, se ve, no obstante, dominar una tendencia desde el principio: la de la unidad y uniformidad que predispone a la fraternidad.
...
Uno de los caracteres distintivos de la nueva generación será la fe innata; no la fe exclusivista y ciega que divide a los hombres, sino la fe razonada que esclarece y fortifica, que une y confunde en un común sentimiento de amor a Dios y al prójimo. Con la generación que se extingue desaparecerán los últimos vestigios que la incredulidad y del fanatismo; contrarios por igual al progreso moral que al social.
El Espiritismo es el camino que conduce a la renovación, porque derroca los dos más grandes obstáculos que a ella se oponen: la incredulidad y el fanatismo. Como innato o en estado de intuición en el corazón de sus representantes, desenvuelve todos los sentimientos e ideas que corresponden a la nueva generación y da una fe sólida y esclarecida. La era nueva le vera engrandecer y prosperar por la fuerza misma de las cosas; viniendo a ser la base de todas las creencias y el punto de apoyo de todas las instituciones.
Pero hasta entonces, ¡que de luchas no habrá de sostener contra sus dos más encarnizados enemigos, la incredulidad y el fanatismo! Aunque parezca extraño, estos principios tan antitéticos, estos polos tan opuestos, se dan la mano para no ser vencidos en la lucha. Presienten el porvenir y su muerte, y no quieren dejar ondear sobre las ruinas del egoísta viejo mundo la bandera que ha de unir a todos los pueblos. En la divina máxima: Fuera de la caridad no hay salvación, ellos leen su propia condenación, porque es el símbolo de la nueva alianza fraternal proclamada por Cristo, símbolo que se les presenta como la sentencia fatal del festín de Baltasar. Y sin embargo, esta máxima les garantiza que no han de ser victimas de las represalias de aquellos a quienes hoy persiguen; esta máxima debieran hacerla objeto de su culto. Pero no, una fuerza ciega les impele a rechazar lo único que pudiera salvarles. ¿Qué podrán contra el ascendiente de la opinión que les repudia? El Espiritismo saldrá triunfante de la lucha, no lo dudéis, porque está en las leyes de la naturaleza, y es por eso mismo imperecedero. Ved por que multitud de medios, la idea se esparce y penetra en todas partes; estos medios, creedlo, no son fortuitos, sino providenciales, y si al principio parece deben servirles de obstáculo, es precisamente porque así ayudan a su propagación.
Dentro de poco surgirán campeones acreditados que apoyarán su autoridad en su nombre y en su ejemplo e impondrán silencio a los detractores, quienes no osarán calificarles de locos. Estos hombres harán sus estudios en el silencio y no se mostrarán hasta el momento propicio. Hasta entonces, es útil que permanezcan ignorados.
Dentro de poco veréis a las artes acudir al Espiritismo como una mina fecunda, y traducir sus pensamientos y los horizontes que descubre por la pintura, la música, la poesía y la literatura. Ya se os ha dicho que habrá un día para el arte espírita, como lo hubo para el arte pagano y para el arte cristiano, en que los más grandes genios se inspirarán en esta verdad. Pronto veréis los primeros resplandores y más tarde alcanzará el apogeo que debe alcanzar. Espiritistas, el porvenir es vuestro y de todos los hombres de corazón, y deconfianza. No os arredren los obstáculos, porque no hay ninguno que pueda obstruir los designios de la Providencia. Trabajad sin interrupción y dad gracias a Dios por haberos colocado a la vanguardia de la nueva falange. Este es un puesto de honor que habéis pedido y del que os haréis dignos por vuestro valor, vuestra perseverancia y vuestro desinterés. Aquellos que sucumban valerosamente en esta lucha contra la fuerza, obtendrán su galardón; a los que sucumban por debilidad o miedo, la confusión les rodeará en el mundo de los Espíritus. Las luchas son necesarias para fortificar el alma; el contacto del mal hace apreciar mejor las ventajas del bien. Sin las luchas que estimulan las facultades, el Espíritu se entregaría a una apatía funesta para su progreso. Las luchas contra los elementos desarrollan las fuerzas físicas e inteligentes; las luchas contra el mal desenvuelven las fuerzas morales.

AMOR FRATERNAL

2 comentarios:

  1. LOS MEDIOS NO APRENDEMOS DE LIBROS O RITOS SOLO ES UNA FUERZA INEXPLICABLE Q NOS DA LA MADRE TIERRA A CONOCER LO Q MUCHOS NO PUEDEN IMAGINAR A LLEGAR A ESCALAS Q LA HUMANIDAD NO PODRIA SOPORTAR PERO AUN HACI EN SUS ARTICULOS HAY MUCHAS COSAS SIERTAS LA TIERRA ES SIMPLEMENTE UNA PARTICULA DE POLVO ENTRE UN UNIVERSO DE VIDA Y FUENTES DE ENERGIA INGREIBLEMENTE INIMAGINABLES DONDE EL TIEMPO SOLO ES UNA PUERTA DE UN LUGAR A OTRO.DONDE LA ENERGIA Q IRRADIA DIOS NISIQUIERA ES POSIBLE VERLE UN ROSTRO NI NOSOTROS MISMOS NI CULQUIER ESPESIE DE VIDA PODRIA VER Y SI ESO LLEGASE A PASAR SINPLEMENTE SE DESVANECERIAN EN UNA ESCALA DONDE LA ESPIRITA MAS PURA NO NO SERIA NI LA MICROMILECIMA PARTICULA DE ENERGIA PARA SOPORTAR TANTA PUREZA ESPERO Q ESTO LE SIRVA PARA ALGO AMIGOS.........

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    1. Estimado amigo/a, gracias por su aporte, el intercambio fortalece.
      El Espiritismo no tiene ni se basa en ritos de ningun tipo, el conocimiento Espírita no se impone solo se entiende por el estudio y la razón y es una de las puertas que la Providencia deja para el conocimiento de si mismo. Hay muchas personas que llegan al mismo conocimiento por si solos, por sus búsquedas interiores. Lo importante es encontrar el camino que nos conduce a nuestro adelanto moral.
      El conocimiento de Dios y sus infinitas cualidades es algo que aún no podemos comprender por estar muy ligados a la materia y por mas que lo intentaramos nos perderiamos en divagaciones sin sentido. El observar su obra y creacion nos da la posibilidad de entender su sabiduria,bondad y omnipotencia. Si actuamos en concordancia con su esencia que es el Amor nos acercamos a Dios y estamos mas cerca de comprenderlo.
      No importa ni la religion, doctrina o pensamiento filosofico al que uno pernezca, no importan las razas ni siquiera el orden moral al que uno pertenezca, Dios esta al alcance de todos por igual.
      Hoy nuestro objetivo como seres en evolución es compreder que somos y como nos relacionamos con el Universo para poder llevar nuestras vidas de una forma mas conciente y en armonia con las leyes de Nuestro Creador.
      Un abrazo fraterno.

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