martes, 23 de abril de 2013

Sexo en los Espíritus / Parentesco filiación

El Libro de los Espíritus

Libro Segundo: MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS
Capitulo IV: PLURALIDAD DE EXISTENCIA

200. ¿Tienen sexo los Espíritus?
  • No, en el sentido en que vosotros lo entendéis, por cuanto los sexos dependen del organismo. Hay entre ellos amor y simpatía, pero basados en la afinidad de sentimientos.
201. El Espíritu que ha animado el cuerpo de un hombre ¿puede en una nueva existencia animar el de una mujer, y viceversa?
  • Sí, son los mismos Espíritus los que animan a hombres y mujeres.
202. Cuando se es Espíritu ¿se prefiere encarnar en el cuerpo de un hombre o en el de una mujer?
  • Esto importa poco al Espíritu. Depende de las pruebas por las que tenga que pasar.
Los Espíritus encarnan en hombres o mujeres, pues no poseen sexo. Como deben progresar en todos sentidos, cada sexo, así como cada posición social, les ofrece pruebas y deberes particulares y la ocasión de cosechar experiencias. El que hubiera sido siempre hombre sólo sabría lo que saben los hombres.

VII.- Parentesco, filiación

203. ¿Transmiten los padres a sus hijos una porción de su alma, o sólo se limitan a darles la vida animal, a la cual, otra alma, brinda la vida moral?
  • Sólo la vida animal, puesto que el alma es indivisible. Un padre torpe puede tener hijos talentosos, y a la inversa.
204. Ya que hemos tenido muchas existencias ¿Se remonta el parentesco más allá de nuestras vida actual?
  • No podría ser de otra manera. La sucesión de existencias corpóreas establece entre los Espíritus vínculos que se remontan a vuestras vidas anteriores. A menudo nace de ahí la simpatía entre vosotros, y también el que algunos Espíritus os parezcan extraños.
205. A los ojos de ciertas personas la doctrina de la reencarnación parece destruir los lazos de familia al hacerlos remontarse más allá de su actual existencia.
  • Los amplía, no los destruye. Fundándose el parentesco en afectos anteriores, los vínculos que unen a los miembros de una misma familia son menos precarios. La doctrina de la reencarnación aumenta los deberes de la fraternidad, ya que en vuestro vecino o servidor puede encontrarse un Espíritu que ha estado unido a vosotros por los lazos de la sangre.
205 a. Sin embargo, disminuye la importancia que algunos atribuyen a la filiación, puesto que se puede haber tenido por padre a un Espíritu que haya pertenecido a otra raza, o que viviera en una situación completamente distinta.
  • Es cierto, pero esa importancia se basa en el orgullo. Lo que la mayoría honra en sus antepasados son los títulos, el rango, la fortuna. Uno que se ruborizaría por haber tenido como abuelo a un honrado zapatero, se jactaría en cambio si descendiera de un gentil-hombre libertino. Pero, por más que digan o hagan, no impedirán que las cosas sean como son, porque Dios no ha fundamentado sobre la vanidad de ellos las leyes de la Naturaleza.
206. Del hecho de que no haya filiación entre los Espíritus de los descendientes de una misma familia, ¿se podrá inferir que el culto de los antepasados sea una cosa ridícula?
  • Con seguridad que no, porque se debe ser dichoso de pertenecer a una familia en la cual hayan encarnado Espíritus elevados. Aun cuando los Espíritus no proceden los unos de los otros, no por eso dejan de profesar afecto a los que están ligados a ellos por los lazos familiares, porque esos Espíritus a menudo han sido atraídos a tal o cual familia por simpatía o por vínculos anteriores. Pero creed que los Espíritus de vuestros antecesores no se sienten honrados en modo alguno por el culto que les profesáis sobre la base del orgullo. Su mérito no se transmitirá a vosotros sino en la medida en que os esforcéis por seguir los buenos ejemplos que os han dejado, y únicamente entonces vuestro recuerdo podrá no sólo resultarles agradable, sino también serles útil.
Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL

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