sábado, 27 de abril de 2013

Mundos de expiación y de prueba

El Evangelio según el Espiritismo

Allan  Kardec
Capitulo III: HAY MUCHAS MORADAS EN LA CASA DE MI PADRE

13. ¿Qué queréis que os diga de los mundos de expiación que vosotros no sepáis ya, puesto que os hasta el considerar la tierra que habitáis? La superioridad de la inteligencia, entre un gran número de sus habitantes, indica que no es un mundo primitivo destinado a la encarnación de espíritus recién salidos de las manos del Criador.
Las cualidades innatas que llevan consigo son prueba de que han vivido ya y de que han realizado cierto progreso; pero también los numerosos vicios a que se inclinan, son indicio de una gran imperfección moral; por esto Dios los ha colocado en una tierra ingrata para expiar en ellas sus faltas por medio de un trabajo penoso y por las miserias de la vida, hasta que hayan merecido ir a un mundo más feliz.

14. Sin embargo, todos los espíritus encarnados en la tierra no han sido enviados por expiación. Las razas que vosotros llamáis salvajes son espíritus apenas salidos de la infancia, y que están, por decirlo así, educándose, y se desarrollan por el contacto de espíritus más avanzados. Luego vienen las razas medio civilizadas, formadas de los mismos espíritus que están progresando. Estos son, hasta cierto punto, las razas indígenas de la tierra, que se han desarrollado poco a poco después de largos períodos seculares, algunas de las cuales han podido alcanzar la perfección intelectual de los pueblos más ilustrados.
Los espíritus en expiación son en ella, si podemos expresarnos así, exóticos; han vivido ya en otros mundos, de los que han sido excluidos a consecuencia de su obstinación en el mal, y porque serían causa de turbación entre los buenos; han sido relegados por un tiempo entre los espíritus más atrasados y tiene por misión hacerles adelantar, porque han llevado consigo la inteligencia desarrollada y el germen de los conocimientos adquiridos; por esto los espíritus castigados se encuentran entre las razas menos inteligentes: son también aquellos para quienes las miserias de la vida tienen más amargura, porque hay en ellos más sensibilidad y son más probados por el contacto de las razas primitivas, cuyo sentido moral es más obtuso.


15. La tierra es, pues, uno de los tipos de los mundos expiatorios, cuyas variedades son infinitas; pero que tienen por carácter común el servir de lugar de destierro a los espíritus rebeldes a la ley de Dios. Ahí estos espíritus tienen que luchar, a la vez, contra la perversidad de los hombres y contra la inclemencia de la naturaleza, doble trabajo penoso que desarrolla al mismo tiempo las cualidades del corazón y las de la inteligencia. Así es como Dios en su bondad, hace que el castigo redunde en provecho del progreso del espíritu. (San Agustín. París, 1862.)

Mundos regeneradores

16. Entre esas estrellas que resplandecen en la bóveda azulada, ¡cuántos mundos hay como el vuestro designados por el Señor para expiación y para prueba! Pero los hay también más miserables y mejores, así como los hay transitorios que pueden llamárseles regeneradores. Cada torbellino planetario, corriendo en el espacio alrededor de un foco común, arrastra con él sus mundos primitivos, de destierro, de prueba, de regeneración y de felicidad. Se os ha hablado de esos mundos en donde es colocada el alma naciente, cuando ignorante aún del bien y del mal, puede marchar hacia Dios, dueña de si misma, en posesión de su libre albedrío; se os ha hablado de cuán amplias facultades ha sido dotada el alma para hacer el bien; pero ¡ah! las hay que sucumben y no queriendo Dios anonadarlas, las permite ir a esos mundos en donde, de encarnaciones en encarnaciones, se purifican, se regeneran y se harán dignas de la gloria que se les ha destinado.

17. Los mundos regeneradores sirven de transición entre los mundos de expiación y los mundos felices; el alma que se arrepiente encuentra allí la calma y el reposo acabándose de purificar. Sin duda en esos mundos el hombre está aun sujeto a las leyes que rigen la materia; la humanidad experimenta vuestras sensaciones y vuestros deseos, pero está dispensada de las pasiones desordenadas de las que sois esclavos; allí no existe el orgullo que hace callar el corazón, la envidia que lo tortura y el odio que lo ahoga; la palabra amor está escrita en todas las frentes, y una perfecta equidad arregla las relaciones sociales; todos reconocen a Dios y procuran ir a El siguiendo sus leyes.
Con todo, allí no se encuentra aún la perfecta felicidad, pero sí su aurora. El hombre aun es carnal y por lo mismo está sujeto a vicisitudes de las que no se eximen sino los seres completamente desmaterializados; aun quedan pruebas que pasar, pero no tienen las punzantes amarguras de la expiación. Esos mundos, comparados con la tierra, son muy felices y muchos de entre vosotros estaríais satisfechos de quedaros allí porque es la calma después de la tempestad, la convalecencia después de la cruel enfermedad; pero el hombre menos entregado a las cosas materiales, entrevé mejor el porvenir que vosotros, comprende que hay otros goces que el Señor promete a aquellos que se hacen merecedores de ellos, cuando la muerte ha segado de nuevo sus cuerpos para darles la verdadera vida. Entonces será cuando el alma libre dominará todos los horizontes; ya no tendrá sensaciones materiales y groseras, sino los sentidos de un espíritu puro y celeste, aspirando las emanaciones de Dios, bajo los perfumes de amor y de caridad que se derraman de su seno.

18. Pero ¡ah! en esos mundos el hombre es aún falible, y el espíritu del mal no ha perdido en ellos completamente su imperio. No avanzar es retroceder, y si no está firme en el camino del bien, puede volver a caer en los mundos de expiación en donde le esperan nuevas y más terribles pruebas.
Contemplad, pues, esa bóveda azulada por la noche, a la hora del descanso y de la oración, y en esas innumerables esferas que brillan sobre vuestras cabezas, dirigid vuestras súplicas a Dios y rogadle que un mundo regenerador os abra su seno después de la expiación de la tierra. (San Agustín. Paris, 1862.)

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL

3 comentarios:

  1. Me gustaría que alguien que leyera este correo me dijera que hay que hacer para no venir más al planeta tierra, a planetas de evolución semejante a la tierra o a planetas inferiores a la tierra. Quisiera quedarme en un plano que no hubiera cuerpo físico, que no tuviese que comer, ni beber, ni frío ni calor, ni enfermedades, ni vejez, ni muerte.

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  2. Estimado Francisco, gracias por comentarnos su interrogante. Tratare de responderle dentro de mis posibilidades y lo que nuestra doctrina nos ensena.
    Hay un solo camino que lo llevara a lograr eso que anhela, es el camino del bien, de la evolucion moral. Todos los seres que habitamos el planeta Tierra o planetas similares somos espiritus en vias de desarrollo con errores que corregir. La ley de justicia nos ubica en el lugar donde nuestras vibraciones nos definen, aqui en la Tierra hay gran variedad de escalas espirituales encarnadas y unos nos ayudamos a otros para justamente, si lo hacemos de forma mas consiente, y en armonia con las leyes de Dios podremos ir escalando los planos evolutivos. En nuestra realidad aun estamos lejos de poder vivir en planetas donde la materia no sea una necesidad, aub debemos seguir ejercitando nuestra voluntad y deseo de encaminar nuestras vidas bajo la forma de la materia, aqui es donde ponemos a prueba todos nuestros sentimientos, todas nuestras acciones, cuando estamos en contacto con la materia es cuando nuestros verdaderos intereses salen a la luz.
    Por otro lado le dire tambien que las enfermedades, las guerras y las vicisitudes de la vida que tenemos no son mas que los frutos de nuestras propias acciones, ya sea indivuduales o colectivas, el primer paso a tomar para transitar la vida de forma mas consiente es comprender que somos espiritus encarnados en un cuerpo, que nuestro espiritu existe antes de nuestro nacimiento y por lo tanto nuestro pasado tiene que ver con nuestro presente, y que somos absolutamente responsables de como forjaremos nuestro futuro con nuestras propias acciones.
    Yo lo invito de corazon a leer el Libro de los Espiritus,alli encontrara muchas respuestas a muchos interrogantes que seguramente aun tiene, y me ofrezco junto con mis companeros a ayudarlo ante cualquier duda que pueda tener. Si se fija en la parte superior hay una pestana que dice: donde bajar libros?? alli encontrara un link que lo lleva directamente a un sitio donde puede bajar el libro.

    Estimado Francisco, la muerte no es otra cosa que la liberacion del espiritu de ese cuerpo que necesito para poder evolucionar en esta vida, una vez que retornamos a la vida espiritual y que comprendemos el nuevo estado en que nos encontramos, comenzamos a evaluar nuestra existencia, cuales fueron nuestros errores y nuestros aciertos y junto a nuestro Espiritu Protector rearmamos y programamos una nueva encarnacion en el medio mas eficiente para nuestro desarrollo. Si nos lo proponemos todos podemos colaborar para que esta Tierra deje de ser un planeta de prueba y expiacion (donde ocurre todo lo que ha manifestado) para poder pasar a ser un planeta de regeneracion, donde el mal, las enfermedades, y los problemas materiales no sean un impedimiento para nuestro progreso. Pero esta en cada uno de nosotros colaborar en esta tarea.
    Le envio un fraternal saludos y deseo haber podido responder a su inquietud.
    Atentamente. Natalia por AMOR FRATERNAL.

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  3. Soy Francisco José y he leido muy atentamente y con alegría su comentario. Y me ha servido para confirmarme lo que yo intuía. Le quedo muy agradecido por su comentario.
    Si quiere ponerse en contacto conmigo mi correo electrónico es el siguiente fjrvidal@gmail.com. Hasta hace poco pertenecí a alborada espírita cristiana de Huelva liderada por el hermano Bras.
    Un fuerte abrazo.

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