El Evangelio según el Espiritismo
Allan Kardec
Capitulo IX: Bienaventurados los mansos y los pacíficos
La afabilidad y la dulzura
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEi3ehUUNJT8eX2DL1sF5XIn5sADirgZzcy0ngwHaiE8DcFrJdzWfkhywr2vS4brb_t4UNB6WUJGdf4AUR4nN-3T5nK2GiTqNLrHaA5DNcb-H6Tb1yOSobkUiyujW781-JeTa0iYoz7F9Sjj/s320/No-entres-en-la-discusion_diaporama_550.jpg)
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjtNRArzsAOtkEabakzDF7kBEZWhUQRVGLiiumdbWlG4__lzqVdzFIM4Uh2L4TcNxWGMuiTiQmUsElXV_EAWfwxcIjCnirRPTcP2Vl6zWtaN-qCWS0aHoIjtvJuSXbV5vBThxwDIcoEBFpB/s320/index.jpg)
No basta que de los labios salga la miel; si ninguna parte toma el corazón, es ser hipócrita. Aquel cuya afabilidad y dulzura no son fingidas, no se contradice nunca, y lo mismo es en el mundo que en la intimidad: sabe, además, que si engaña a los hombres con las apariencias, no puede engañar a Dios. (Lázaro. París, 1861).
La paciencia
7. El dolor es una bendición que Dios envía a los elegidos; no os aflijáis, pues, cuando sufrís, sino por el contrario, bendecid a Dios Todopoderoso que os ha señalado el dolor en la tierra para la gloria en el cielo.
Sed pacientes; la paciencia también es una caridad, y vosotros debéis practicar la ley de caridad enseñada por Cristo, enviado de Dios. La caridad que consiste en la limosna que se da a los pobres, es la más fácil de todas: pero hay una mucho más penosa, y por consecuencia mucho más meritoria: es "la de perdonar a aquellos que Dios ha colocado a nuestro paso para ser instrumentos de nuestros sufrimientos y poner nuestra paciencia a prueba".
La vida es difícil, ya lo sé; se compone de mil frioleras que son alfilerazos que acaban por herir; pero es menester mirar los deberes que se nos han impuesto, los consuelos y las compensaciones que por otra parte tenemos, y entonces veremos que las bendiciones son mucho más numerosas que los dolores. La carga parece menos pesada cuando miramos a la altura que cuando doblamos la frente hacia el suelo.
Animo, amigos, Cristo es vuestro modelo; sufrió más que ninguno de vosotros, y nada tenía que echarse en cara, mientras que vosotros tenéis que expiar vuestro pasado y fortificaros para el porvenir. Sed, pues, pacíficos; sed cristianos; esta palabra lo enseña todo. (Un Espíritu amigo. Havre, 1852).
Sed pacientes; la paciencia también es una caridad, y vosotros debéis practicar la ley de caridad enseñada por Cristo, enviado de Dios. La caridad que consiste en la limosna que se da a los pobres, es la más fácil de todas: pero hay una mucho más penosa, y por consecuencia mucho más meritoria: es "la de perdonar a aquellos que Dios ha colocado a nuestro paso para ser instrumentos de nuestros sufrimientos y poner nuestra paciencia a prueba".
La vida es difícil, ya lo sé; se compone de mil frioleras que son alfilerazos que acaban por herir; pero es menester mirar los deberes que se nos han impuesto, los consuelos y las compensaciones que por otra parte tenemos, y entonces veremos que las bendiciones son mucho más numerosas que los dolores. La carga parece menos pesada cuando miramos a la altura que cuando doblamos la frente hacia el suelo.
![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjrqLG-exRBV6nVLmlZHLCe3C193Zcf1sEPjfZfisDdd9KCTEY63PMtfe9tkKNn2OVTMb_R3ukrHRpQPT2w2Z4CE98GrFzm1FCT_VDh_nmGU7AN24CvGMXhtF1NSTz8tkiNlao8_znc0u78/s640/Imagen4.png)
Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL
No hay comentarios:
Publicar un comentario