El Cielo y el Infierno o la Justicia Divina
Según el EspiritismoAutor: Allan Kardec
Segunda Parte
Capitulo V: SUICIDIOS
EL ATEO
M.J. B.D... era un hombre de instrucción, pero imbuido hasta el último grado en las ideas materialistas. No creía en Dios ni en su alma. Fue evocado dos años después de su muerte en la Sociedad de París, a petición de uno de sus parientes.
1. Evocación.
vuestra suerte. ¿Queréis expresarnos si nuestra evocación os es agradable o penosa?
4. Tened más calma, todos rogaremos a Dios por vos.
6. Quisisteis evadiros de las vicisitudes de la vida, ¿habéis ganado en ello algo? ¿Sois más feliz ahora?
9. ¿Cuando os ahogasteis, qué pensabais que vendría a ser de vos? ¿Qué reflexiones hicisteis en aquel momento?
1. Evocación.
- R.: Sufro, soy réprobo.
vuestra suerte. ¿Queréis expresarnos si nuestra evocación os es agradable o penosa?
- R.: Penosa.
- R.: Sí.
4. Tened más calma, todos rogaremos a Dios por vos.
- R.: Me veo forzado a creer en Dios.
- R.: Fastidio de la vida sin esperanza.
6. Quisisteis evadiros de las vicisitudes de la vida, ¿habéis ganado en ello algo? ¿Sois más feliz ahora?
- R.: ¿Por qué no existe la nada?
- R.: Sufro cuando me veo obligado a creer todo lo que negaba. Mi alma está como en ascuas, atormentada horriblemente.
- R.: En otra existencia había sido malo, y mi espíritu estaba condenado a sufrir los tormentosde la duda, durante mi vida, bajo cuyos impulsos me suicidé.
9. ¿Cuando os ahogasteis, qué pensabais que vendría a ser de vos? ¿Qué reflexiones hicisteis en aquel momento?
- R.: Ninguna, era la nada para mí. He visto después que, no habiendo sufrido toda mi condena, tenía aún que sufrir mucho más.
- R.: ¡Demasiado me atormenta esta idea!
- R.: ¡Oh! No.
- R.: ¿Por qué queréis que unamos nuestros tormentos? Nos separamos en la desgracia, nos uniremos en la felicidad.
- R.: No, no, estoy demasiado bajo.
- R.: Porque tampoco es feliz.
- R.: No, más tarde.
- R.: Que recen por mí.
- R.: Ah, ¡desgraciados! ¡Ojalá creyesen en otra vida! Ésta es la mayor felicidad que puedo desearles. Si pudieran comprender mi triste situación, mucho les haría reflexionar.
18. Evocación.
- R.: ¡Si el cuadro de nuestros sufrimientos pudiera serviros de lección útil y persuadiros de que existe otra vida donde se expían las faltas, la incredulidad!
- R.: No, huye de mí.
Los espíritus se ocultan los unos de los otros por un efecto de su voluntad, que obra sobre su envoltura periespiritual y los fluidos ambientes. Pero la Providencia, que vela sobre cada uno individualmente como sobre sus hijos, les concede o rehúsa esta facultad en virtud de las disposiciones morales de cada uno, y según las circunstancias es un castigo o una recompensa.
20. Toda vez que estáis más tranquilo que él, ¿podríais darnos una descripción más precisa de vuestros sufrimientos?
- R.: Cuando en la Tierra os veis obligados a confesar vuestros defectos, ¿no sufre vuestro amor propio y vuestro orgullo? ¿No se rebela vuestro espíritu al veros humillados ante aquel que os demuestra que estáis en el error? Pues bien. ¿Qué creéis que sufre el espíritu que, durante una existencia, ha vivido persuadido de que nada existe después de él, que tiene razón contra todos? Cuando de repente se encuentra en frente de la verdad resplandeciente, se aniquila, se humilla. A esto se agregan los remordimientos de haber podido olvidar por tanto tiempo la existencia de un Dios tan bueno, tan indulgente. Su estado es insoportable, no encuentra calma ni reposo. No encontrará tranquilidad hasta el momento en que la gracia santa, esto es, el amor de Dios, le conmueva, porque el orgullo se apodera de tal modo de nuestro pobre espíritu, que le envuelve enteramente, y le falta aún mucho tiempo para deshacerse de ese hábito fatal. Sólo la oración de nuestros hermanos puede ayudarnos a deshacernos de él.
- R.: De los unos y los otros.
- R.: No se perderá... Si ahora rechaza la gracia, ésta le volverá cuando esté en estado de poder recurrir a esta divina panacea.
Si tienes cerca una persona que deja fluir en sus pensamientos la idea del suicidio, háblale a su alma, dile que recuerde que la vida es una bendición de Dios que le ha dado la posibilidad de pasar por esa prueba para fortalecer su espíritu, háblale a su alma porque en ella esta grabada la esencia de Dios y ella sabra escucharte. No importa si a simple vista parece indiferente, tus palabras quedarán grabadas en su interior y asi podra librarse de esa idea destructiva.
Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL
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