viernes, 15 de mayo de 2015

LA CONCIENCIA DEL AMOR

EL AMOR



Las más importantes transformaciones del alma se logran mediante el desarrollo del amor, porque el amor es la esencia-madre, la esencia generadora de vida. No sin razón el apóstol Juan dijo que "Dios es amor". Todos los restantes elementos susceptibles de desarrollo se hallan también al abrigo de la ley de amor en el universo, "ley suprema de la conciencia" que comanda al mismo tiempo el destino de los pueblos y de las galaxias. El comportamiento de los seres angelicales guarda relación con esa ley suprema del Creador. Si así no fuera, no habrían alcanzado en su desenvolvimiento una condición tan elevada. Incluso la palabra filosofía que comúnmente se traduce como "amor a la sabiduría" fue sensatamente modificada por Platón como "la sabiduría del amor", la grande y notable sabiduría del universo. Nuestra conciencia en cuanto al amor se desarrolla con el paso del tiempo.

a) Animalidad - Humanidad

A medida que toma distancia de la animalidad, el ser humano alcanza dimensiones espirituales más elevadas, y las energías que lo componen adquieren frecuencias más sutiles que hacen posible su adaptación a las leyes naturales. Nos referimos a la adquisición gradual de elementos que brotan en el área de los sentimientos. Se trata de fuerzas intuitivas que inician un proceso de sensibilización, de afectividad humana. André Luiz expreso que "el instinto sexual es el amor en proceso de expansión en el tiempo". El espíritu se modifica y adquiere elementos más nobles por el impulso de una energía motriz de elevada trascendencia: el amor en expansión. El predominio de la naturaleza animal sobre la espiritual es el que impele al hombre al comportamiento bárbaro, al egoísmo, en fin, al empobrecimiento humano. Los deseos y las pasiones desenfrenadas atrapan a las criaturas en el lodazal creado por los instintos carentes de educación. Hoy mismo, en nuestra sociedad existen espíritus en esa fase del comando instintivo, de ahí las imprudencias de todo orden de que tenemos noticias.

b) Instintos - Sentimientos

El progreso de la conciencia lleva implícito el suficiente conocimiento de la ley del amor para que ese progreso se efectúe con cierta celeridad. El sufrimiento individual igual que el colectivo, ya lo hemos mencionado, deriva de un detalle: ignorancia de la ley del amor. Esa es la ley que impulsa a la evolución de los instintos hacia los sentimientos. Su observancia sacará al hombre del reservorio oscuro y profundo de la animalidad, según decía el filósofo Herculano Pires. Pero mientras ese residuo no desaparezca, el ser humano reincidirá en comportamientos abusivos cargados con restos de animalidad, y buscará satisfacer nada más que las exigencias del SER CORPORAL, en lugar de las del SER ESPIRITUAL.
De modo que el amor-instinto de los salvajes se depura comandado por la razón naciente, y en esa conjunción de razón con afectividad, el sentimiento del amor adquiere una estructura, y va arrancando al hombre de la animalidad hasta elevarlo a la condición humana de los sentimientos mas elevados.

LA LEY DEL AMOR

El empobrecimiento del vocabulario en nuestros días es otro de los parámetros que reflejan la condición humana en que nos encontramos. La palabra AMOR no goza de gran respeto: todavía es aplicada sin la elevación espiritual que se debiera.
Rescatar su importancia, su pureza, su trascendencia, es la meta que debemos alcanzar. Sin ingenuidad, sin sensiblería; basados en la estructura y en la fuerza de la ley cósmica fundamental para la conquista de la felicidad social del planeta. Solamente la unión de las diversas áreas del conocimiento (ciencia, filosofía, religión) dará las condiciones plenas para que el hombre conozca la ley de amor y la respete. Incluso para su propio bien.
Allan Kardec dedicó un capítulo de El Evangelio según el Espiritismo al amor. Lleva por título "Amar al prójimo como así mismo". El fundamente de la ley del amor está precisamente ahí: AMAR A DIOS SOBRE TODAS LAS COSAS Y AL PRÓJIMO COMO ASÍ MISMO. Es el sustrato del Evangelio, la esencia de la ley. Jesús resumió toda su doctrina en esa afirmación, tal es su importancia. Tanto es así que Fénelon, cuando se expresa en ese capítulo afirma que las demás virtudes son hijas del AMOR, es decir que las restantes virtudes están impregnadas por la virtud-madre. Cada una de ellas posee una partícula de amor, por eso son virtudes.

Los efectos de la ley del amor se traducen en el mejoramiento de la raza humana y en la felicidad de los hombres durante la vida, así lo establece ese precepto de la constitución divina. Como con todas las leyes, hay quienes la cumplen y quienes la ignoran. Pero estos últimos se olvidan que la ley divina es perfecta y al dejar de cumplirla quedamos sujetos a las sanciones de esa ley: el sufrimiento. No existe otro camino más que el preconizado por el Amaos. No existe. Fuera de él el hombre se perderá, y el dolor producido en esa ruta transversal lo volverá a conducir a la dirección establecida por el amor. El individuo no soportará vivir eternamente fuera de la ley del amor, porque es inherente a su condición el deseo de felicidad, y la felicidad habrá de lograrse exclusivamente por esa vía de acceso. No en vano el Espíritu de Verdad, en el capítulo VI del libro ya citado, manifestó: "Espiritas amaos, ése es el primero de preceptos, instruíos, ése es el segundo". La conjunción de ambos conceptos ofrece al espíritu las condiciones para la conquista de su plenitud. Es equivalente al cultivo de una simiente para que llegue a producir los frutos de la sabiduría y del amor. Lázaro, en el Evangelio expresó que "el espíritu necesita cultivo, igual que un campo"; requiere el trabajo diario hasta que empiece a producir, para su progreso y el dela sociedad donde se desenvuelve.

Texto extraído de: Educación de los Sentimientos - Jason de Camargo

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL









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