jueves, 13 de junio de 2013

Influencia del organismo - Idiotismo y locura

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

Capitulo VII: REGRESO A LA VIDA CORPORAL


IV.- Influencia del organismo
367. Al unirse al cuerpo ¿se identifica el Espíritu con la materia?
  • La materia es tan sólo la envoltura del Espíritu, como la ropa es la envoltura del cuerpo. Al unirse al cuerpo, el Espíritu conserva los atributos de su naturaleza espiritual.
368. Las facultades del Espíritu ¿se ejercen con toda libertad después de su unión con el cuerpo? 
  • El ejercicio de las facultades depende de los órganos que le sirven de instrumentos. Aquéllas se debilitan por lo grosero de la materia.
368 a. Según esto, ¿sería la envoltura material un impedimento para la libre manifestación de las facultades del Espíritu, así como un vidrio opaco se opone al libre paso de la luz? 
  • En efecto, y muy opaco…
Es posible, incluso, comparar la acción de la materia grosera del cuerpo sobre el Espíritu, con la de una agua cenagosa que impide la libertad de movimientos del cuerpo en ella sumergido.

369. El libre ejercicio de las facultades del alma ¿está subordinado al desarrollo de los órganos?
  • Los órganos son los instrumentos para la manifestación de las facultades del alma. Dicha manifestación se halla subordinada al desarrollo y al grado de perfeccionamiento de esos mismos órganos, como la calidad de un trabajo depende de la eficacia de la herramienta con que se ejecuta.
370. ¿Es posible inducir, de la influencia de los órganos, una relación entre el desarrollo de los órganos cerebrales y el de las facultades morales e intelectivas?
  • No confundáis el efecto con la causa. El Espíritu posee siempre las facultades que le son propias. Ahora bien, no son los órganos los que dan las facultades, sino las facultades las que impulsan el desarrollo de los órganos.
370 a. Según esto, la diversidad de aptitudes existentes en el hombre ¿se debe únicamente al estado del Espíritu?
  • “Únicamente” no es una palabra del todo exacta. En las cualidades del Espíritu, que puede ser más o menos adelantado, reside el principio. Pero hay que tomar en cuenta la influencia de la materia, que traba más o menos el ejercicio de esas cualidades.
Al encarnar, el Espíritu trae en sí ciertas predisposiciones, y si para cada una de ellas se admite la existencia de un órgano correspondiente en el cerebro, el desarrollo de tales órganos constituirá un efecto y no una causa. Si las facultades tuvieran su principio en los órganos, el hombre sería una máquina desprovista de libre albedrío y de la responsabilidad de sus actos. Habría que admitir que los más grandes genios, sabios, poetas y artistas sólo son genios porque la casualidad les ha otorgado órganos especiales, de donde se sigue que sin dichos órganos no habrían sido genios, y que el último imbécil hubiera podido ser un Newton, un Virgilio o un Rafael, si hubiera estado provisto de determinados órganos. Suposición más absurda todavía cuando se la aplica a las cualidades morales. Así pues, según esta hipótesis, San Vicente de Paúl, dotado por la Naturaleza de tal o cual órgano, hubiera podido ser un malhechor, y al mayor de los desalmados sólo le faltaría un órgano para ser un San Vicente de Paúl. Por el contrario, admitid que los órganos especiales –si en verdad existen- son consecuencia de la facultad y se desarrollan mediante el ejercicio de ésta, así como los músculos crecen por medio del movimiento, y no tendréis nada de irracional. Hagamos una comparación trivial para el caso: por ciertas señales fisonómicas reconocéis al hombre entregado a la bebida. ¿Son esos signos los que lo convierten en un ebrio, o la embriaguez la que los engendra? Se puede afirmar que los órganos reciben el sello de las facultades.
 
V.- Idiotismo, locura
371. ¿Es fundada la opinión según la cual los cretinos e idiotas poseerían un alma de naturaleza inferior?
  • No: tienen un alma humana, con frecuencia más inteligente de lo que pensáis, y que sufre por la insuficiencia de los medios que dispone para comunicarse, del mismo modo que el mudo padece por no poder hablar.
372. ¿Qué objeto se propuso la Providencia al crear seres desdichados, como los cretinos e idiotas?
  • Son Espíritus en punición los que habitan cuerpos de idiotas. Esos Espíritus sufren por el constreñimiento que experimentan y la impotencia en que se hallan para manifestarse mediante órganos no desarrollados o defectuosos.
372 a. Entonces ¿no es exacto afirmar que los órganos influyen sobre las facultades?
  • No hemos dicho nunca que los órganos no influyeran. Antes bien, influyen en gran manera sobre la manifestación de las facultades, pero ellos no otorgan esas facultades: ahí radica la diferencia. Un buen músico con un instrumento mediocre no hará buena música, y esto no le impedirá ser un ejecutante virtuoso.
Es preciso distinguir el estado normal del patológico. En estado normal, lo moral supera el obstáculo que la materia le opone. Pero, casos hay en que la materia ofrece tal resistencia que las manifestaciones son impedidas o desnaturalizadas, como acontece en la idiotez y la locura. Éstos son los casos patológicos, y en semejante estado, no gozando el alma de toda su libertad, la ley humana misma la exime de la responsabilidad de sus actos.
 
373. ¿Qué valor puede tener la vida para seres que, como los idiotas y cretinos, no pudiendo hacer el bien ni el mal, se ven impedidos de progresar?
  • Se trata de una expiación impuesta al abuso que se ha podido hacer de ciertas facultades. Es un período de purificación.
373 a. El cuerpo de un idiota ¿puede contener un Espíritu que haya animado a un hombre genial, en una existencia precedente?
  • Sí. El genio se convierte a veces en una calamidad cuando de él se abusa. 
No siempre la superioridad moral está en razón de la superioridad del intelecto, y los más grandes genios acaso tengan bastante que expiar. De ahí que muchas veces les corresponda una existencia inferior a la que vivieron antes, y que es causa de sufrimientos. Los obstáculos que el Espíritu encuentra para sus manifestaciones son para él como las cadenas que limitan los movimientos de un hombre vigoroso. Se puede decir que los cretinos e idiotas son defectuosos del cerebro, así como el cojo lo es de las piernas y el ciego de los ojos.

374. El idiota, en estado de Espíritu, ¿tiene conciencia de su estado mental?
  • Sí, muy a menudo. Comprende que las cadenas que traban su vuelo son una prueba y una expiación.
375. En la locura ¿cuál es la situación del Espíritu?
  • En estado de libertad, el Espíritu recibe directamente sus impresiones y ejerce asimismo de manera directa su acción sobre la materia. Pero, si se encuentra encarnado, se halla en condiciones del todo diferentes y en la necesidad de hacerlo sólo con ayuda de órganos especiales. Si una parte o el conjunto de tales órganos se ha alterado, su acción o sus impresiones, en lo que a dichos órganos concierne, se ven interrumpidas. Si pierde los ojos se vuelve ciego. Si se trata del oído, se torna sordo, etcétera. Ahora, figúrate que el órgano que preside los efectos de la inteligencia y de la voluntad sea parcial o enteramente afectado o modificado, y te será fácil comprender que, no teniendo ya el Espíritu a su servicio sino órganos incompletos o desnaturalizados, de ello debe resultar una perturbación de la que el Espíritu –para consigo mismo y en su fuero interno- tiene perfecta conciencia, pero cuyo curso no es dueño de detener.
375 a. Entonces ¿es siempre el cuerpo y no el Espíritu el que está desorganizado?
  • En efecto, pero no hay que perder de vista que, así como el Espíritu obra sobre la materia, ésta reacciona sobre él en cierta medida, y el Espíritu puede encontrarse momentáneamente impresionado por la alteración de los órganos por los cuales manifiesta y recibe sus impresiones. Puede acontecer que a la larga, cuando la locura haya durado mucho tiempo, la repetición de los mismos actos termine por ejercer sobre el Espíritu una influencia de la que no es liberado sino después de haberse separado por completo de toda impresión material.
376. ¿A qué se debe que la demencia arrastre a veces al suicidio?
  • El Espíritu sufre por el constreñimiento que experimenta y la impotencia en que está de manifestarse libremente, de ahí que busque en la muerte un medio de romper sus ataduras.
377. El Espíritu del alienado ¿se resiente, después de la muerte, del desarreglo de sus facultades?
  • Puede resentirse de ello por algún tiempo después de la muerte, hasta que esté completamente desprendido de la materia, como el hombre que despierta experimenta por un rato la perturbación en que el sueño lo ha sumergido.
378. ¿Cómo puede la alteración del cerebro reaccionar sobre el Espíritu después de la muerte?
  • Es un recuerdo. Un peso oprime al Espíritu, y como no ha tenido conocimiento de cuanto ha ocurrido durante su demencia, siempre necesita cierto tiempo para volver a ponerse al corriente de la situación. De ahí que, cuanto más haya durado su locura en vida, más durará su molestia, el constreñimiento después de la muerte. El Espíritu desprendido del cuerpo sigue sintiendo durante algún tiempo la impresión de sus ligaduras.
Continuará...
AMOR FRATERNAL

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