miércoles, 28 de junio de 2017

Punto de Encuentro - Programa radial

"Punto de encuentro " 
• Un espacio radial donde encontrarás un momento para la reflexión, un descanso mental en un día agitado.
• Cada jueves a las 20.30 hs por Radio Municipal, 92.3 Carlos Tejedor.
• Un PUNTO DE ENCUENTRO de tres amigas que quieren construir un mundo mejor compartiendo esas cosas que llenan el alma.
• Sintoniza tu alma con una frecuencia de amor. Te esperamos, no te olvides, todos los jueves a las 20.30 hs
Radio en vivo por Internet:
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viernes, 12 de mayo de 2017

EL PERDÓN EN LA FAMILIA

Para comenzar a preparar este segmento esta vez hice un ejercicio sencillo, busque en el diccionario el significado de la palabra PERDÓN y busqué en Internet el concepto más generalizado que se publica.

Y en todos los casos hay cierta concordancia que voy a tratar de resumir.

El perdón entendido en su concepto básico dice que: “es la acción por la que una persona perdona a otro una acción considerada como ofensa, renunciando eventualmente a vengarse, o reclamar un justo castigo o restitución, optando por no tener en cuenta la ofensa en el futuro, de modo que las relaciones entre ofensor perdonado y ofendido perdonante no queden afectadas o queden menos afectadas.”

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ELEGIR EL PERDÓN

La escritora Robin Casagian expresa que todas las personas tienen su propia historia de odio, resentimiento y tristeza. Cada uno pasa en la vida por diferentes fases de disgusto, ingratitud, ofensas, separación de cónyuges, agresiones varias, adulterios, intrigas y demás conflictos que siembran la amargura en las profundidades del espíritu. Todos hemos experimentado motivos para sentir rencor, tristeza, rabia.

Ahora bien…muchas son las personas que deciden aferrarse al rencor con la exclusiva finalidad de tener alguien a quien culpar por su desdicha. A partir del instante en que elegimos el perdón expulsaremos de nuestra casa íntima un elemento indeseable: el resentimiento. 

El resentimiento sólo produce desequilibrio y destruye la armonía interior. La opción por el perdón despeja de la mente a uno de los más nefastos enemigos de su tranquilidad, y a partir de entonces comienza a experimentar alivio, a estar más liviana, a producir, por último, una saludable transformación en la vida del individuo. Recuérdese que la otra cara del dolor es la paz, la alegría, lo que hace del perdón una auténtica elección a favor de la felicidad. Busca en tu corazón la bondad, la compasión, la ternura, hasta conseguir el coraje que te permita mirar más allá del miedo y la rabia. Cuando miremos más allá estaremos en condiciones para comprender que cada cual alcanzó un escalón evolutivo, e inevitablemente cometerá, igual que nosotros, actos irreflexivos.

Jesús miraba el fondo del alma humana y comprendía el estado de ignorancia de los que cometen errores y de quienes practican actos imprudentes en la vida. No obstante, lo importante es evitar la repetición de los errores, porque en el futuro constituirán un perjuicio para el individuo. (*)
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Ahora podemos hablar del perdón en la familia.

Como dijimos, en alguna oportunidad, la familia es un grupo solidario formado por seres que han planificado venir juntos a la vida con un objetivo. Muchas veces uno de esos objetivos es el perdón, el acercamiento afectivo con quienes en otra vida pudimos tener graves diferencias.

El olvido del pasado ayuda a conseguir ese perdón, a pulir las diferencias porque nos cuesta romper un lazo familiar así porque sí.

Muchas veces cuando queremos expresar un amor sublime decimos que el amor de una madre o un padre es capaz de perdonar cualquier cosa a un hijo, aún en los momentos más difíciles. Hemos visto a madres pacientes visitando a hijos en la cárcel cada semana, aun sabiendo que este ha cometido hechos de muchísima gravedad. Y no entendemos muy bien como ocurre pero así es, es un genuino sentimiento de amor que se pone por encima de toda circunstancia a nuestros ojos inaceptable.

También observamos en la familia que muchas veces discutimos, nos peleamos con nuestros hermanos por ejemplo y sin embargo al poco rato estamos como si nada hubiese ocurrido. Podríamos decir que escribimos esas ofensas en la arena, donde un leve viento puede borrarlas.

Y todo esto ocurre porque es en el ámbito de la familia donde se dan esas condiciones para purificar el sentimiento del amor, del perdón, de la solidaridad.

Ahora, ustedes me dirán: en mi familia hay quienes han roto esos lazos sin importarles mucho el dolor de los demás, y es verdad, porque como dijimos en el programa anterior muchas veces en esa programación familiar, antes de venir a la vida, decidimos ceder, resignar, y aceptamos que esta posibilidad de venir juntos en el mismo núcleo familiar nos permitirá saldar, o pulir al menos, ese rencor. 

Cuando comienzo a ver la vida, la familia, la sociedad desde el punto de vista espiritual, algunas piezas empiezan a encajar, a tener algún sentido, porque pensemos: ¿Qué explicación le podemos dar a la falta de afinidad o simpatía que muchas veces tenemos con alguno de nuestros hermanos, con nuestra madre o nuestro padre? Muchas veces podemos decir que es por acciones directas en esta vida que no aceptamos o consideramos nos ofenden, pero muchas otras aparentemente no hay hechos relevantes, directos que podamos decir que nos alejaron de esas personas, aun sabiendo y sintiendo que son nuestra familia. ¿Qué pasó que nos alejamos tanto que no sentimos deseos de estar con ellos? Y vemos que la explicación no está a nuestra vista. Entonces comenzamos a ver que la posibilidad de haber tenido esa causa en una vida anterior o en varias vidas anteriores no es tan dispar…Quién esté libre de pecado que arroje la primera piedra, dijo el Maestro Jesús. Yo me pregunto, y les pregunto ¿acaso no será que en nuestro recorrido de vidas pudimos ofender a esta o aquella persona? ¿Acaso somos tan perfectos que no pudimos hacer lo que vemos que otros hacen?...son buenos interrogantes para reflexionar y pensar de que todo efecto tiene una causa…si la causa no está en el aquí y el ahora, puede estarla en el pasado.

Ahora, sigamos pensando; el error que el otro comete ¿justifica que no podamos perdonar?…soltarrrr…como dijimos hoy, para transformar ese hecho en una experiencia de aprendizaje. Porque de nada nos sirve conservar ese rencor con aquel que creemos nos hizo un mal. ¿Por qué?... Porque si individualmente superamos ese conflicto nos liberaremos de volver a pasar por la misma prueba.

Reflexionemos:
  • ¿Vale la pena volver a pasar por lo mismo una y otra vez, tan solo por no aflojar mi postura?
  • ¿Quién es el mayor perjudicado cuando mantengo un rencor o un resentimiento contra alguien?
Con todo lo expuesto, entonces, estamos en condiciones de sentarnos un minuto a reflexionar y pensar cuanto rencor hay dentro mío, a quien debo perdonar, ¿será que mi malestar físico es producto de no poder perdonar?

Recuerda que: “Cuando mantienes tu resentimiento hacia otra persona, estás amarrado a esa persona o a esa situación, por un vínculo emocional que es más fuerte que el acero.
Perdonar es la única forma de disolver ese vínculo y lograr la libertad”.
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PERDÓN

Asomaba a sus ojos una lágrima 
y... en mi labio una frase de perdón; 
habló el orgullo y enjugó un llanto, 
y la frase en mi labio expiró. 
Yo voy por un camino, ella por otro; 
pero al pensar en nuestro mutuo amor, 
yo digo aún: ¿Por qué calle aquel día?. 
Y ella dirá: ¿Por qué no lloré yo?. 

Autor del poema: Gustavo Adolfo Bécquer


(*) Educación de los sentimientos. Jason de Camargo.
AMOR FRATERNAL

sábado, 15 de abril de 2017

FRENTE A LA MEDIUMNIDAD

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Desvirtuar todo concepto que tienda a considerar a la mediumnidad, al médium o a las hechos mediumnicos como extraordinarios o místicos.

La comunicación mediumnica es una manifestación natural y el médium es un ser humano como cualquier otro.

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Convencerse de que el ejercicio natural de la mediumnidad no exime al médium de la obligación de vivir una profesión honesta en la sociedad de la que forma parte.

No puede haber asistencia digna donde no hay deber dignamente cumplido.

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Precaverse contra los pedidos inadecuados relacionados con la mediumnidad.

Los médiums son compañeros comunes que deben vivir normalmente las experiencias y las pruebas que les corresponden.

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Por ninguna razón elogiar al mediador por los resultados obtenidos a través de él, recordando que es siempre preferible agradecer que lisonjear.

Para nosotros, todo el bien puro y noble procede de Jesús.

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Aún mismo apremiado por grandes dificultades, colocar el ejercicio de la mediumnidad por encima de los eventos efímeros y limitados que afectan constantemente el panorama social y religioso de la Tierra.

La mediumnidad nunca será talento para ser enterrado en el suelo del comodismo.

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Conversar sobre fenómenos mediúmnicos y principios espiritas sólo en ambientes capaces de comprenderlos.

Hay terrenos que aún no están preparados para la siembra.

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Proseguir sin vacilaciones en el consuelo y esclarecimiento de las almas, olvidando las espinas y las piedras del pago humano, para conquistar la luz de la inmortalidad que fulgura en las cimas de la Vida.

Desarrollarse alguien mediumnicamente en bien del prójimo, es ascender en espiritualidad.

Espíritu Andre Luiz
Médium Waldo Pereira
Extraído del libro “Conducta Espirita”
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AMOR FRATERNAL

Fuente: http://www.luzespiritual.org

viernes, 14 de abril de 2017

FRENTE A LA ORACIÓN

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Pronunciar la oración inicial y la de cierre de las reuniones doctrinarias, facilitando, de tal manera, la sintonía con los Benefactores Superiores.

La oración religa(1) a los Espíritus.

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Cuando fuere posible, abandonar las fórmulas de recitación y la pronunciación mecánica de las "oraciones leídas", y vivir, preferentemente, las expresiones creadas de improviso, emotivamente, exaltando la propia fe.

Hay diferencia fundamental entre orar y declamar(2).

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Abstenerse de repetir en voz alta las preces(3) que son proferidas por otros amigos en las reuniones doctrinarias.

La oración, por encima de todo, es sentimiento.

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Prevenirse contra la afectación y el exhibicionismo al pronunciar esta o aquella oración, adoptando concisión y espontaneidad en todas ellas, a efectos de que no sean vehículos o intentos de apariencia.

Fervor en el alma, luz en la oración.

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En nuestras manifestaciones de fe, recordar a todos aquellos a quienes hayamos afectado o herido, aún mismo inconscientemente, rogándoles, en silencio y a la distancia, el necesario perdón de nuestras faltas.

Los resultados de la oración, como los resultados del amor, son ilimitados.

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Abolir los pedidos incesantes en beneficio de nosotros mismos, centralizando nuestro pensamiento por la intercesión en favor de los menos felices.

Quien ora en favor de los demás, se ayuda a sí mismo.

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Controlar la modulación de la voz en las oraciones públicas, huyendo de lo teatral y convencional.

El sentimiento es todo.

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"Vigilad y orad, para que no entréis en tentación" - Jesús
MATEO, 26:41


(1) Religa: Une. Volver a atar.
(2) Declamar: Hablar con el fin de ejercitarse en las reglas de la retórica, casi siempre sobre asunto fingido o supuesto.
(3) Preces: Ruegos, súplicas.


AMOR FRATERNAL