miércoles, 13 de febrero de 2013

El enojo

Si bien la idea de este blog es ir compartiendo el conocimiento Espírita codificado por el Maestro Allan Kardec hoy vamos a compartir un tema que profundiza un poco mas algunos de los estados erroneos que más interfieren en las relaciones con nuestros pares.


¿Ante qué surge el enojo? 

Si bien es cierto que tiene su origen en las tendencias básicas del espíritu, es bueno saber como funciona.
En modo generalizado y elemental, nos enojamos cuando cuándo algo no sale como nosotros deseamos, cuando algo o alguien nos frustra: 



  • Me han prometido y no han cumplido:
  • Esperaba algo de mi mujer, de mis hijos o mis amigos y lo esperado no ocurrió.
  • Cuanddo siento privado un deseo o una esperanza. Tensión emotiva originada por el fracaso en obtener algo deseado o apetecido.

Lo exterior que motiva el enojo puede tener motivos variadísimos, en lo íntimo el deseo es una carga de energía, ese deseo si se encamina a su realización canaliza la energía, pero cuando encuentra un obstáculo, una obstrucción a esa energía se genera una sobre carga que es enojo.
La sobre carga de energía es para posibilitar la realización del deseo o necesidad (imposición)
En la parte física ante la presencia de un obstáculo a nuestros deseos, es vivido como una amenaza, el organismo segrega adrenalina y los neuro-trasmisores envían señales de alerta, confrontación. (Ira)
En épocas primitivas de la humanidad el obstáculo se dirimía con lucha y ese era el objetivo de sobrecarga de adrenalina ya que incrementa la fuerza física.
Pero el enojo si bien aumenta la fuerza física, limita la capacidad de análisis, ya que para resolver problemas o dificultades es necesario calma y tranquilidad.
El enojo es producto conciente o inconsciente de una frustración o de una situación adversa.
En muchas personas por sus tendencias (orgullo) imaginan que sus frustraciones, del tipo que sean, son producto de una voluntad adversa de personas o de la vida que se opone a sus deseos.
 
El enojo puede tener distintas calidades o intensidades según la evaluación que hagamos del obstáculo que se opone a mi deseo. Ejemplos:
  • Si no hay una voluntad específica de perjudicarnos: Un día de lluvia cuando había planificado ir a pescar puede enojarnos, nos ponemos fastidiosos.
  • Si al que le prestamos dinero, no perdió el trabajo y pone una excusa a no devolver que no creemos. Acá están abiertas las puertas del enojo.
 

  • Sentimos enojo social, cuando levantamos el estandarte de un ideal y vemos que el resto de la sociedad no valora nuestro sentir y pensar. Puede ser peligroso dependiendo del grado de poder que tengamos en esa sociedad. Puede provocar persecución, guerra, enfrentamientos sociales, etc.
 
 
  • Frustración con enojo puede manifestarse también cuando un miembro de la sociedad no es aceptado por tal o cual condición personal que nos afecte, hemos visto casos de justicia por mano propia, escarches y demás manifestaciones peligrosas.
 
 


  • Frustración con enojo vemos cuando un hijo no cumple nuestras expectativas, nuestros deseos hacia él, en vez de ser comprensivos y aceptar las debilidades y carencias de nuestro prójimo, lo insultamos, lo reprimimos, como muestra de nuestra frustración hacia ese deseo no concretado.


 

La necesidad de expresar verbalmente o físicamente nuestro desagrado deja en evidencia nuestro orgullo dolido, nuestra imposición frustrada, nuestro egoísmo enfermo que quiere mantenernos tal cual somos y estamos, cerrando toda posibilidad al cambio o la aceptación.
 


Ante cada frustración, consciente o inconscientemente se da una conclusión acerca de la intensión si es adversa o no, y da distintos niveles de enojo.
Debemos analizar como cambia la actitud cuando se considera la vida como una batalla y lucha y cada circunstancia es una oportunidad de lucha o de enfrentamiento, donde siempre existe un potencial enemigo o cuando por el contrario, lo esencial en la vida es el aprendizaje y cada frustración es evaluada como problemas a resolver, como incógnitas o desafíos por aprender y no generan enfrentamientos.
Estas dos formas de enojo tienden en el 1° caso a destruir y en 2° a resolver, aprender y superar.
 
Formas de expresar el enojo: 
  1. Con una descarga como reacción propio de la necesidad de canalizar la energía excedente: moverse resoplar, gritar, golpear la mesa, es como abrir la válvula de una olla de presión, es independiente a la presencia física del que nos produjo el enojo.
  2. Es decirle al otro que tal situación nos produjo un malestar o que sentimos a causa de su actitud.

El enojo no es la tendencia inicial sino es el producto de un medio para aplicar mi orgullo y consecuente imposición y que el otro haga lo que nosotros queremos.


Cuando existe una actitud madura en vez de imponer tratamos de tener una actitud más conciliadora y proponer, realizar un intercambio que parta de la valoración del otro y que las razones de su actitud pueden tener cabida.

Gracias a nuestra amiga de la Fundación de Estudios y Difusión Espírita que compartió con nosotros este tema tan importante para poder conocernos un poco más y así poder cambiar nuestras tendencias erróneas.

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL

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