domingo, 17 de febrero de 2013

Vidas pasadas, Vida presente, Vidas futuras

Lo que sobre todas las cosas importa al hombre saber es, lo que es, de donde viene, y cuál es su destino. Las ideas que nos formamos sobre el universo y sus leyes, sobre el papel que cada uno de nosotros debe representar en este vasto teatro, tiene importancia capital, pues con arreglo a ellas debemos dirigir nuestras acciones. Consultándolas es como asignamos un objeto a nuestra vida y marchamos hacia ese fin.”

“Pero la dificultad de resolver tales problemas hace con sobrada frecuencia desistir de intentarlo. La opinión del mayor número es vacilante, indecisa, y las acciones y los caracteres se resisten de ello. Ese es el mal de la época, la causa de la turbación que la domina. Se tiene el instinto del progreso; se quiere marchar, ¿pero hacia dónde? En esto es en lo que no se piensa bastante. El hombre que ignora sus destinos se parece al viajero recorriendo maquinalmente un camino, no conociendo el punto de partida ni el de llegada, ni por qué viaja, y por consiguiente dispuesto siempre a detenerse ante el menor obstáculo y a perder el tiempo por no importarle nada el fin que debía alcanzar”
León Denis (El porqué de la Vida)

Cuantos interrogantes circulan por nuestras mentes una vez que abrimos la puerta de la razón y pensamos en nuestro destino o nuestro pasado.
Normalmente esa inquietud viene a nosotros después de un gran dolor, de una gran pérdida, porque ahí nos detenemos y reflexionamos; nos damos cuenta que la vida es algo mas que lo que hacemos y pensamos diariamente.
Otras veces es nuestro Espíritu el que cansado de recorrer tantas vidas apegado a la materia comienza a sentir la necesidad de darle un objetivo a su vida espiritual, y entonces, sin saberlo, abre una puerta, da un paso hacia un nuevo estado de conciencia que lo aproxima a Dios.
Nada en la vida es en vano, todo lo que nos sucede o sucede a nuestro alrededor tiene un porque y si nos detenemos un minuto a pensar a reflexionar no tardaremos en darnos cuenta y aceptar que todo efecto tiene una causa.

León Denis nos dice al respecto: “No hay efecto sin causa; nada procede de nada. Estos son axiomas, esto es, verdades incontestables.”
“Para marchar con paso seguro, es menester saber a donde se va…ignorando sus destinos, fluctuando sin cesar entre la preocupación y el error, el hombre maldice a veces la vida. Desfalleciendo bajo su carga, cree que sus semejantes son la causa de las pruebas que sufre, no teniendo muchas veces otro origen que su imprevisión…
…La materia es la soberana de nuestro mundo. Nos doblega bajo su yugo, limita nuestras facultades, detiene nuestros impulsos hacia el bien y nuestras aspiraciones a lo ideal
“Cada existencia es un eslabón que se une hacia atrás y hacia adelante con un eslabón distinto, con una vida diferente pero solidaria de las demás. El porvenir es la consecuencia del pasado. De grado en grado el ser se eleva y se engrandece. Artífice de sus propios destinos, el alma humana libre y responsable, elige su camino, y si ese camino es malo, las caídas que sufrirá, las piedras y las zarzas que la destrozarán, tendrán por efecto desarrollar su experiencia y fortificar su corazón naciente”.

Si queremos entender ¿el por qué de nuestras vidas?, si queremos entender porque sufro, porque mi familia esta conformada de esta forma y no de otra, porque vivo en esta sociedad y no en otra, debo abrir mi mente para reflexionar partiendo de la base que la vida no es una sola. Que las personas que estan a mi lado estan viviendo el mismo proceso evolutivo que yo, que por Solidaridad nos ayudamos unos a otros con nuestros errores y nuestras virtudes. Que nos reunimos por afinidad, por necesidad, por amor y juntos transitamos esta vida y otras vidas para ayudarnos mutuamente.
Que sentido puede tener la vida si mi experiencia de vida se pierde con la muerte. Es algo ilógico ¿no?... ¿por qué unos tienen tanto y otros tan poco?, ¿por qué yo sufro, estoy enfermo y otros no? Si todos nacimos de la misma manera y con el mismo fin; estos son interrogantes que nos ayudan a reflexionar a entender que si Dios es justo esto no puede ser así, y que en todo caso solo nunca nos detuvimos a pensar en ello, pero la respuesta siempre estuvo ahí.

Para enteder nuestra vida tenemos que comprender la ley de Reencarnación. Dios a través de ella nos brinda la posibilidad de enmendar nuestros errores del pasado, nos permite aprender de las nuevas experiencias, fortificarnos y ascender en el camino de la evolución porque en el Universo todo evoluciona y nosotros no estamos ajenos a ello.

REENCARNACION
  • Posibilidad
  • Crecimiento
  • Evolución
  • Experiencia.

También debemos comprender la ley de Progreso que me ayuda a entender cual es el propósito de la vida. Si observamos a nuestro alrededor todo funciona en armonía con la naturaleza, con las leyes que rigen el Universo y nosotros no podemos escapar a ello, si bien tenemos libre albedrío tarde o temprano recorreremos el camino que nos lleva al progreso.






  • ¿Cuál es el objetivo de la vida? EVOLUCIONAR, PROGRESAR, ENMENDAR, APRENDER.
  • ¿Evolucionar para qué? ¿Por qué? PORQUE DIOS ASI LO HA DISPUESTO, PARA PODER AYUDAR A LOS DEMAS, A QUIENES RECIEN COMIENZAN EL CAMINO DE LA EVOLUCION, PORQUE EN EL UNIVERSO TODO ES SOLIDARIDAD.

PROGRESO
  • Todo en el Universo evoluciona.
  • Mi progreso ayuda a los demás.

La ley de Causas y Efectos nos da la posibilidad de entender aún mas este nuevo conocimiento porque si reflexiono puedo entender , por ejemplo, que si hoy soy una persona que ocupa un lugar de poder en la sociedad y con mi proceder abuso, oprimo, castigo, exploto o aprovecho en beneficio propio los derechos de mis semejantes, esa conducta, en algún momento es puesta en tela de juicio por la ley de Dios. Si pensamos en la posibilidad de que esa persona cuando muere va al infierno a padecer todos los tormentos que hizo sufrir a otros, y eso nos consuela, somos egoístas, no somos solidarios ni justos, porque al único que le toca juzgar si ello fue correcto o no es a Dios, porque el le dio la posibilidad de la vida y a el debe su error.
Si pensamos en la posibilidad de que esa persona se arrepienta y Dios por un acto de misericordia le perdone todos sus errores, ¿cual seria el sentido de tratar de ser personas de bien?, si después puedo arrepentirme y con eso basta; ese Dios no seria justo porque vale lo mismo mi esfuerzo por hacer el bien que el mal que hacen los demás.
Reflexionemos entonces, eso no puede ser así, tiene que existir una causa, un porque, en las cosas que nos suceden en la vida.
Si acepto la posibilidad, por medio de la razón, de que soy un Espíritu, y estoy en esta vida con un nuevo cuerpo haciendo una experiencia, puedo entonces comprender que los sucesos de mi vida, mis dolores, mis frustraciones, mis pérdidas o mis alegrías, conquistas y proyectos de bien tienen un porque, una causa. Y esa causa no es otra más que mis acciones del pasado.
Muchos son los casos que podemos citar, pero buscaremos algunos ejemplos de la justicia de Dios en las aflicciones de la vida.


No hay dolor mas terrible que perder a un ser querido, mas aún si es un hijo. Y nos preguntamos:
  • ¿Por qué Dios permite que esto suceda? ¿Qué hizo ese niño para merecer morir antes de empezar a vivir la vida? ¿Por qué esos padres tienen que pasar por ese sufrimiento si lo que más anhelan es tener ese niño?
Variada es la gama de posibilidades para una misma prueba, y los mismos Espíritus que pasaron por ellas nos dejan sus experiencias, nos cuentan el porque.
  • A veces un niño muere a temprana edad porque debe saldar una decisión equivocada del pasado, como puede ser un suicidio. Un Espíritu que decide quitarse la vida antes del tiempo programado esta violando la ley mas sagrada, se esta revelando ante la posibilidad que Dios le dio de nacer, encarnar y aprender. Ninguno de nosotros podemos elegir cuando vivir o cuando morir, solo Dios y sus leyes rigen y ordenan los ciclos del universo y por ende de la vida.
  • Un niño que muere antes de salir del vientre de su madre puede estar colaborando con su progreso y el de sus padres, puede voluntariamente ofrecerse a dicha prueba para fortificar la fe en Dios de esos padres que quizás en otra vida no supieron aprovechar la posibilidad de dar a luz a sus hijos, padres egoístas que no procrearon para dedicarse a sus gustos materiales, porque no tenían tiempo para cuidar o criar niños,  madres que abortaron y decidieron quebrar la posibilidad de que ese Espíritu pueda venir a la vida a hacer su experiencia. Padres que abandonaron a sus hijos sin piedad. Sí; en algunos de nuestros caminos erramos el paso. No midamos la vida por lo que somos hoy, porque seguramente en el pasado cometimos muchos errores de los que hoy nos avergonzaríamos. Pero ello no significa que no fuimos capaces, miremos hacia atrás, hacia esas sociedades poco avanzadas que hubo antes de estos siglos y veremos mas naturalmente los caminos que hemos recorrido.
  • A veces esos padres tienen que pasar por esa prueba para valorar la vida, la vida espiritual, para desprenderse de la materia, porque un dolor tan grande abre nuestras mentes y aceptamos la posibilidad de la vida espiritual porque nos damos cuenta que la vida no es solo materia, preocupaciones, deseos, competencias o disputas, la vida es solidaridad y lo que yo hago o dejo de hacer afecta a los demás.
(Recomedamos leer como complemento de esta idea los siguientes temas: Justicia de la Reencarnación-Parte III y Regreso a la vida corporal)





LEY DE CAUSAS Y EFECTOS
  • Causalidad familiar
  • El aborto
  • El suicidio
  • La sociedad en la que vivo
  • El Dolor.



Por último vamos a hablar de la ley de Solidaridad que me ayuda a comprender que mi experiencia ayuda al otro, que la persona que tengo al lado es la necesaria para mi progreso y yo lo soy para su progreso. Mis padres son los indicados para formar mi vida, mis hermanos los indicados para templar mis errores, mis amigos los indicados para fortalecerme en la vida. Mi esposo es la medida justa de mis posibilidades para progresar porque con sus tendencias y sus virtudes me ayuda a corregir mis errores o a potenciar mis virtudes; mis hijos son la prueba a mi paciencia, resignación y amor al prójimo. Con ellos puedo sublimizar mis sentimientos de amor y aprender a amar a los demás.



SOLIDARIDAD
  • La familia que tengo es la que necesito para mi progreso.
  • Es mi deber ayudar a los que me necesitan.
  • Es mi deber colaborar con el bien común.













No importa quienes fuimos, ni que hicimos, por eso Dios no permite que recordemos nuestro pasado, lo importante es quienes somos y la posibilidad que tenemos de ser mejores aquí y ahora.

Centro Espírita
AMOR FRATERNAL

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