viernes, 12 de abril de 2013

Progresión de los Espíritus

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec.
Libro Segundo: MUNDO ESPIRITISTA O DE LOS ESPIRITUS

Capitulo I: DE LOS ESPÍRITUS




114. Los Espíritus ¿son buenos o malos por naturaleza, o ellos mismos van mejorando?
  • Los Espíritus van mejorando por sí propios. Al progresar, pasan de un orden inferior a otro superior.
115. ¿Algunos de los Espíritus han sido creados buenos, y malos otros?
  • Dios creó a todos los Espíritus simples e ignorantes, vale decir, desprovistos de ciencia. Asignó a cada uno una misión con el objeto de iluminarlos y hacerlos acercarse progresivamente a la perfección mediante el conocimiento de la verdad, y a fin de aproximarlos a Él. La dicha eterna pura reside para ellos en esa perfección. Los Espíritus adquieren tales conocimientos al pasar por las pruebas que Dios les impone. Unos las aceptan con sumisión y llegan más pronto a la meta que les ha sido asignada. Otros sólo las soportan de mala gana y quedan así, por su culpa, lejos de la perfección y de la felicidad prometida.
115 a. ¿Según esto, los Espíritus parecerían ser, en su origen, como los niños, ignorantes y faltos de experiencia, pero que adquieren poco a poco los conocimientos de que carecen, recorriendo las diferentes fases de la vida?
  • Sí, justa es la comparación. El niño rebelde permanece ignorante e imperfecto. Adelanta más o menos, según su grado de docilidad. Pero la vida del hombre posee un término, en tanto que la de los Espíritus se extiende hasta lo infinito.
116. ¿Hay Espíritus que seguirán perpetuamente en los rangos inferiores?
  • No: todos ellos se harán perfectos. Van cambiando, aunque con lentitud, porque, como dijimos en otra oportunidad, un padre justo y misericordioso no puede desterrar eternamente a sus hijos. ¿Pretenderías tú que Dios, tan grande, bueno y justo, fuese peor que vosotros?
117. ¿Depende de los Espíritus mismos acelerar su progreso hacia la perfección?
  • Por cierto que sí: llegan más o menos pronto, según su deseo y su sometimiento a la voluntad de Dios. Un niño dócil ¿no se instruye más rápido que uno reacio?
118. ¿Pueden los Espíritus degenerar?
  • No, ya que conforme avanzan van comprendiendo lo que les alejaba de la perfección. Cuando el Espíritu ha superado una prueba, adquiere el conocimiento de ella y no lo echa al olvido. Puede permanecer estacionario, mas no retrocede.
119. ¿No podría Dios eximir a los Espíritus de las pruebas que han de sufrir para llegar al primer orden?
  • Si hubieran sido creados perfectos no tendrían méritos para disfrutar de los beneficios de esa perfección. ¿Dónde residiría el mérito, de no existir la lucha? Por otra parte, la desigualdad que entre ellos existe es necesaria a su personalidad. Además, la misión que cumplen en los diferentes grados está dentro de las miras de la Providencia, a los fines de mantener la armonía del Universo.
Puesto que en la vida social todos los hombres pueden llegar a los primeros puestos de la función pública, cabría preguntar por qué el soberano de un país no asciende a general a cada soldado raso, por qué todos los empelados subalternos de la administración no pasan a ser funcionarios superiores y por qué, en suma, todos los escolares no se convierten en maestros. Ahora bien, una diferencia existe entre la vida social y la espiritual, y es que la primera es limitada y no permite siempre al individuo ascender todos los peldaños, al paso que la segunda no tiene límites, ofreciendo a cada cual la posibilidad de elevarse hasta el primer rango.
 
120. ¿Todos los Espíritus pasan por la serie de pruebas del mal para alcanzar el bien?
  • No por la serie de pruebas del mal, sino por la de la ignorancia.
121. ¿Por qué ciertos Espíritus han seguido la senda del bien y otros la del mal?
  • ¿No poseen acaso libre albedrío? Dios no creó Espíritus malos, los creó simples e ignorantes, esto es, poseedores de tanta aptitud para el bien como para el mal. Los que son malos han llegado a serlo por su voluntad.
122. ¿Cómo los Espíritus en su origen, cuando no tienen todavía conciencia de sí mismos, pueden poseer la libertad de escoger entre el bien y el mal? ¿Hay en ellos un principio o tendencia que les lleva más bien en una dirección que en la otra?
  • El libre arbitrio se desarrolla conforme el Espíritu va adquiriendo conciencia de sí mismo. No existiría libertad si la elección fuese determinada por una causa independiente de la voluntad del Espíritu. La causa no está en él, sino fuera de él, residiendo en las influencias a que cede en virtud de su voluntad libre. Se trata de la gran alegoría de la caída del hombre y del pecado original: unos cedieron a la tentación, otros resistieron…
122 a. ¿De dónde provienen las influencias que se ejercen sobre él?
  • De los Espíritus imperfectos que tratan de apoderarse de él y dominarlo, y que encuentran gran satisfacción en hacerle sucumbir. Es esto lo que se ha querido representar con la figura de Satán.
122 b. ¿Sólo se ejerce esa influencia sobre el Espíritu en su origen?
  • No. Le sigue durante su vida como Espíritu, hasta que haya él adquirido tal dominio sobre sí, que los malos renuncien a obsederlo.
...
125. Los Espíritus que han seguido el sendero del mal ¿podrán llegar al mismo grado de superioridad que los otros?
  • Sí, pero más largas serán para ellos las eternidades.
Por la expresión las eternidades se ha de entender la idea que tienen los Espíritus inferiores de la perpetuidad de sus sufrimientos, porque no les es dado ver el término de ellos, y tal idea se renueva en todas las pruebas a las que sucumben.
 
126. Los Espíritus que han alcanzado el grado supremo tras haber pasado por el mal ¿tienen, a los ojos de Dios, menos méritos que los otros?
  • Dios contempla a los descarriados con la misma mirada y ama a todos de idéntica manera. Se dice que son malos porque cayeron vencidos, pero sólo eran antes Espíritus simples.
127. Los Espíritus ¿son creados iguales en facultades intelectivas?
  • Son creados iguales, pero, no sabiendo de dónde provienen, es menester que el libre albedrío siga su curso. Progresan con mayor o menor rapidez, tanto en inteligencia como en moralidad.
Los Espíritus que siguen desde el comienzo la senda del bien, no son por ello Espíritus perfectos. Si es cierto que no tienen malas tendencias, no están eximidos, por ello, de adquirir la experiencia y los conocimientos necesarios para llegar a la perfección. Podemos compararlos a niños que, sea cual fuere la bondad de sus instintos naturales, tienen necesidad de desarrollarse, de instruirse, y no llegan sin transición de la infancia a la edad madura. Sólo que, así como existen hombres que son buenos y otros que son malos desde su niñez, así también hay Espíritus que son buenos o malos desde su principio, con la diferencia esencial de que el niño posee instintos completamente formados, en tanto que el Espíritu, en su formación, no es más malo que bueno. Tiene todas las tendencias, y toma una u otra dirección en virtud de su libre albedrío.

AMOR FRATERNAL

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