martes, 23 de julio de 2013

Penas temporales

El Libro de los Espíritus

Allan Kardec

LIBRO CUARTO
Capitulo II: PENAS Y GOCES FUTUROS

983. El Espíritu que expía sus faltas en una nueva existencia ¿no experimenta sufrimientos materiales? En tal caso ¿es exacto decir que después de la muerte el alma sólo tiene padecimientos morales?
  • Bien es verdad que cuando el alma ha reencarnado las adversidades de la vida constituyen para ella un sufrimiento. Pero sólo el cuerpo padece en forma material.
  • A menudo decís, del que ha muerto, que ya no ha de sufrir más, y esto no siempre es cierto. En cuanto Espíritu, no experimenta dolores físicos; pero, según las faltas que haya cometido, puede que tenga dolores morales más amargos, y acaso en otra nueva existencia sea aún más infortunado. El que fue un mal rico pedirá entonces limosna y deberá arrostrar todas las privaciones que la miseria trae consigo, así como el que ha sido orgulloso habrá de sufrir todas las humillaciones. El que abusó de la autoridad que tenía y trataba a sus subordinados con menosprecio y dureza, se verá forzado a obedecer a un amo más duro de lo que él mismo fue. Todas las penalidades y tribulaciones de la vida son la expiación de las culpas cometidas en una existencia anterior, cuando no constituyen las consecuencias de las faltas en que se ha incurrido en la vida actual. Cuando hayáis salido de aquí lo comprenderéis.
El hombre que se considera venturoso en la Tierra porque puede satisfacer sus pasiones, es el que realiza menos esfuerzos por mejorarse. Muchas veces expía, ya en esta vida misma, esa felicidad efímera, pero es indudable que la expiará también en otra existencia enteramente material.
 
984. Las vicisitudes de la vida ¿son siempre la punición de las culpas actuales?
  • No. Lo hemos dicho ya: se trata de pruebas impuestas por Dios o elegidas por vosotros mismos cuando os hallabais en estado de Espíritu, antes de vuestra reencarnación, con el objetivo de reparar las faltas cometidas en una existencia precedente. Porque jamás queda impune una infracción a las leyes de Dios, y en especial a la ley de justicia. Si no se la paga en esta vida se habrá de hacerlo por fuerza en otra. Por eso, aquel que en vuestro concepto es un hombre justo, se ve castigado muchas veces a causa de su pasado.
985. La reencarnación del alma en un mundo menos grosero que éste ¿constituye una recompensa?
  • Es el resultado de su depuración. Porque a medida que los Espíritus se van purificando, reencarnan en mundos cada vez más perfectos, hasta que se hayan despojado de toda clase de materia y lavado de todas sus manchas, para gozar eternamente de la felicidad de los Espíritus puros en el seno de Dios.
En los mundos en que la existencia es menos material que en la Tierra, las necesidades no son tan groseras y todos los sufrimientos físicos resultan menos vivos. No conocen ya los hombres las pasiones viles que en los mundos inferiores los tornan enemigos los unos de los otros. No teniendo motivo alguno de odio ni de envidia, viven en mutua paz, por cuanto practican la ley de justicia, amor y caridad. No conocen los aborrecimientos y cuidados que nacen de la envidia, el orgullo y el egoísmo y que constituyen el tormento de nuestra existencia terrenal.

986. El Espíritu que ha progresado en su existencia terrena ¿podrá en ocasiones reencarnar en este mismo mundo?
  • Sí, si no le fue posible llevar a cabo su misión, y él mismo puede pedir completarla en una nueva existencia. Pero entonces no es ya para él una expiación.
987. ¿Qué sucede al hombre que, sin hacer el mal, no realiza esfuerzo alguno para desembarazarse del influjo de la materia?
  • Puesto que no ha dado ningún paso hacia la perfección, debe recomenzar en una existencia de igual índole que la que ha dejado. Permanece estacionario y de este modo puede prolongar los padeci-mientos de la expiación.
988. Hay personas cuya vida transcurre en una calma perfecta y que, por no tener necesidad de hacer nada por sí mismas, están exentas de preocupaciones. Esa vida dichosa ¿es prueba de que no tienen nada que expiar de una existencia anterior?
  • ¿Conoces muchas en esas condiciones? Si crees que sí estás engañándote. Con frecuencia esa calma sólo es aparente. Puede que hayan escogido esta vida, pero cuando la dejen percibirán que no les ha servido en modo alguno para adelantar. Y entonces, igual que los holgazanes, lamentarán el tiempo perdido. Sabed bien que el Espíritu sólo mediante la actividad puede adquirir conocimientos y elevarse. Si se duerme en la indolencia, no progresa. Se asemeja a aquel que tiene necesidad (conforme a vuestros usos) de trabajar, y que en cambio se va de paseo o se mete en la cama, y esto con el propósito de no hacer nada. Sabed bien, además, que cada cual tendrá que rendir cuentas de la inutilidad voluntaria de su existencia. Y esa inutilidad resulta siempre fatal para la dicha venidera. La suma de la felicidad futura está en razón de la suma del bien que se haya realizado. Y el total de la desventura, en razón del total del mal y de los desdichados que se hayan hecho.
989. Existen personas que, sin ser positivamente malvadas, hacen desgraciados a todos aquellos que las rodean, a causa de su mal carácter. ¿Qué consecuencia les acarrea esto?
  • Con toda seguridad que esas personas no son buenas, y lo expiarán delante de aquellos a quienes hicieron desdichados. Será para ellas como un reproche. Además, en una existencia ulterior padecerán lo que han hecho sufrir.

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL

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