lunes, 27 de mayo de 2013

Rol del Medium en las comunicaciones espíritas

El Libro de los Mediums

Allan Kardec

Capitulo XIX

223. 
1. El médium, en el momento que ejerce su facultad, ¿está en un estado perfectamente normal?
  • Está algunas veces en un estado de crisis más o menos pronunciada; esto es lo que le fatiga y por eso tiene necesidad de descanso; pero muchas veces su estado no difiere sensiblemente del estado normal, sobre todo en los médiums escribientes.
2. Las comunicaciones escritas o verbales, ¿pueden también provenir del mismo Espíritu encarnado en el médium?
  • El alma del médium puede comunicarse como la de cualquier otro; si goza de cierto grado de libertad, recobra sus cualidades de Espíritu. Vosotros tenéis la prueba en el alma de las personas vivientes que vienen a visitaros y a menudo se os comunican por la escritura sin que las llaméis. Porque es menester que sepáis que entre los Espíritus que evocáis los hay que están encarnados en la Tierra: entonces os hablan como Espíritus y no como hombres. ¿Por qué quisierais que no fuese lo mismo con la del médium?
–¿Esta explicación no parece confirmar la opinión de aquellos que creen que todas las comunicaciones emanan del Espíritu del médium y no de Espíritus extraños?
  • Sólo se engañan porque son absolutos; pues es cierto que el Espíritu del médium puede obrar por sí mismo; pero esta no es una razón para que otros no obren igualmente por su intermedio.
3. ¿Cómo distinguiremos si el Espíritu que responde es el del médium o el de un Espíritu extraño? 
  • En la naturaleza de las comunicaciones. Estudiad las circunstancias y el lenguaje y distinguiréis. Sobre todo en el estado de sonambulismo o de éxtasis es cuando el Espíritu del médium se manifiesta, porque entonces es más libre; pero en el estado normal es más difícil. Por lo demás hay respuestas que es imposible atribuirle; por esto os digo que estudiéis y observéis.
Observación. — Cuando una persona nos habla distinguimos fácilmente lo que es suyo o lo que sólo es su eco; lo mismo sucede con los médiums.

4. Puesto que el Espíritu del médium ha podido adquirir, en las existencias anteriores, conocimientos que ha olvidado bajo su cubierta corporal, pero de los que puede acordarse como Espíritu, ¿no puede sacar de su propio fondo las ideas que parecen extralimitar el alcance de su instrucción?
  • Esto sucede muchas veces en estado de sonambulismo o éxtasis; pero, lo repito: hay circunstancias que no permiten la duda; estudiad mucho tiempo y meditad.
5. Las comunicaciones que provienen del Espíritu del médium, ¿son siempre inferiores a las que podrían ser dadas por Espíritus extraños?
  • Siempre no, porque el Espíritu extraño puede ser él mismo, de un orden inferior al del médium, y en tal caso hablar con menos sensatez. Se ve esto en el sonambulismo; porque lo más a menudo es el Espíritu del sonámbulo el que se manifiesta, y por lo mismo el que dice muchas veces cosas muy buenas.
6. ¿El Espíritu que se comunica por un médium, transmite directamente su pensamiento, o bien este pensamiento tiene por intermediario el Espíritu encarnado en el médium?
  • El Espíritu del médium es el intérprete, porque está ligado al cuerpo que sirve para hablar, y que es menester una cadena entre vosotros y los Espíritus extraños que se comunican, así como es necesario un hilo eléctrico para comunicar una noticia a los lejos, y al extremo del hilo una persona inteligente que la recibe y la transmite.
7. El Espíritu encarnado en el médium, ¿ejerce una influencia en las comunicaciones que debe transmitir y que provienen de Espíritu extraños?
  • Sí, porque si no les es simpático puede alterar las respuestas y asimilarlas a sus propias ideas y a sus inclinaciones, pero él no influye a los mismos Espíritus; sólo es un mal intérprete.
8. ¿Es esta la causa de la preferencia que tienen algunos Espíritus por ciertos médiums?
  • No hay otra; buscan el intérprete que simpatiza mejor con ellos y que manifiesta más exactamente su pensamiento. Si entre ellos no hay simpatía, el Espíritu del médium es un antagonista que opone cierta resistencia y viene a ser un intérprete de mala voluntad y muchas veces infiel. Lo mismo sucede entre vosotros, cuando la advertencia de un sabio se transmite por medio de la voz de un atolondrado o de un hombre de mala fe.
9. ¿Se concibe que así suceda con los médiums intuitivos, pero no con los mecánicos?
  • Vosotros no os hacéis bien cargo del papel que juegan los médiums; hay en esto una ley que aún no habéis entendido. Acordaos que para operar el movimiento de un cuerpo inerte, el Espíritu tiene necesidad de una porción de fluido animalizado que toma del médium para animar momentáneamente la mesa, a fin de que ésta obedezca a su voluntad: pues bien: comprended también que para una comunicación inteligente hay necesidad de un intermediario inteligente, y que este intermediario es el Espíritu del médium.
– Esto no parece aplicable a lo que se llama mesas parlantes; porque desde que los objetos inertes, como mesas, tablitas o cestitos das respuestas inteligentes, parece que el Espíritu del médium no tiene en ello parte.
  • Esto es un error; el Espíritu puede dar al cuerpo inerte una vida ficticia, momentánea, pero no inteligente; nunca un cuerpo inerte ha sido inteligente. Es, pues, el Espíritu del médium el que recibe el pensamiento sin saberlo y lo transmite poco a poco con la ayuda de los diversos intermediarios.
10. ¿Parece resultar de estas explicaciones que el Espíritu del médium nunca está completamente pasivo? 
  • Está pasivo cuando no mezcla sus propias ideas con las del espíritu extraño, pues no es nunca enteramente nulo; su concurso es siempre necesario como intermediario aun en los que vosotros llamáis médiums mecánicos.
11. ¿No hay más garantía de independencia en el médium mecánico que en el médium intuitivo?
  • Sin ninguna duda, y para ciertas comunicaciones es preferente un médium mecánico; pero cuando se conocen las facultades del médium intuitivo, esto viene a ser indiferente, según las circunstancias; quiero decir que hay comunicaciones que requieren menos precisión.
12. Entre los diferentes sistemas que se han emitido para explicar los fenómenos espiritistas, hay uno que consiste en creer que la verdadera mediumnidad está en cuerpo completamente inerte, en la cestita o en el cartón, por ejemplo, que sirve de instrumento; que el Espíritu extraño se identifica con este objeto y no sólo de la vida, sino inteligencia; de aquí viene el nombre de médiums inertes dado a estos objetos; ¿qué pensáis de todo esto?
  • Una sola palabra basta para contestar a esto: si el Espíritu había transmitido la inteligencia al cartón al mismo tiempo que la vida, el cartón escribiría solo, sin el concurso del médium; sería muy singular que el hombre inteligente se volviese máquina, y que un objeto inerte se volviese inteligente. Este es uno de los numerosos sistemas nacidos de una idea preconcebida y que caen, como otros tantos, ante la experiencia y la observación.
13. ¿Un fenómeno bien conocido podría acreditar la opinión de que hay en los cuerpos inertes animados más que la vida, más aun, la inteligencia, es el de las mesas, cestitas, etc., que expresan por su movimiento la cólera o la afección?
  • Cuando un hombre agita un palo con cólera, no es el palo es que está encolerizado, ni la mano que tiene el palo, sino el pensamiento que dirige la mano; las mesas y las cestitas no son más inteligentes que el bastón; no tienen ningún sentimiento inteligente, pero obedecen a una inteligencia; en una palabra, no es el Espíritu el que se transforma en cestita, ni siquiera el que fije en él su domicilio.
14. ¿Si no es racional el atribuir inteligencia a estos objetos, puede considerárseles como una variedad de los médiums, designándoles bajo el nombre de médiums inertes?
  • Esto en cuestión de palabras y poco nos importa, con tal que os entendáis. Sois libres para llamar al hombre un muñeco.
15. Los Espíritus sólo tienen el lenguaje del pensamiento, no tienen el lenguaje articulado; por esto no hay para ellos sino un idioma; según eso podría un Espíritu expresarse por la vía mediúmnica en un lenguaje que no hubiese jamás usado viviendo; y en este caso, ¿de dónde sacaría las palabras de las cuales se sirve?
  • Acabáis de responder a vuestra pregunta diciendo que el Espíritu tiene una sola lengua que es la del pensamiento; esta lengua todos la comprenden, lo mismo los hombres que los Espíritus. El Espíritu errante, dirigiéndose al Espíritu encarnado del médium, no le habla ni francés ni inglés, sino la lengua universal, que es la del pensamiento; para traducir sus ideas en un lenguaje articulado, transmisible, saca sus palabras del vocabulario del médium.
16. Si así fuese, el Espíritu no debería poder expresarse sino en el idioma del médium, mientras que se les ve escribir en idiomas desconocidos de este último; ¿no hay en esto una contradicción?
  • Notad primero que todos los médiums no son igualmente a propósito para esta clase de ejercicio, al mismo tiempo que los Espíritus no se prestan a ello sino accidentalmente, cuando juzgan que puede ser útil; pero para las comunicaciones usuales y de cierta extensión prefieren servirse del lenguaje familiar del médium, porque les presenta menos dificultad material para vencer.
17. La aptitud de ciertos médiums para escribir una lengua que le es extraña, ¿acaso no sería el resultado de que esta lengua les fue familiar en otra existencia, de la que pueden conservar la intuición?
  • Ciertamente puede suceder de este modo, pero esta no es una regla; el Espíritu puede, con algunos esfuerzos, sobrepujar momentáneamente la resistencia material que encuentra; esto es lo que sucede cuando el médium escribe en su propia lengua palabras que no conoce.
18. Una persona que no supiese escribir, ¿podría escribir como médium?
  • Sí; pero se concibe que aun en esto hay una grande dificultad mecánica que vencer, no teniendo la mano la costumbre del movimiento necesario para formar las letras. Lo mismo sucede con los médiums dibujantes que no saben dibujar.
19. Un médium muy poco inteligente, ¿podría transmitir comunicaciones de un orden elevado?
  • Sí, por la misma razón que un médium puede escribir en un idioma que no conoce. La mediumnidad propiamente dicha, es independiente de la inteligencia, así como de las cualidades morales, y a falta de un instrumento mejor puede el Espíritu servirse del que tiene a mano; pero es muy natural que para comunicaciones de cierto orden prefiera el médium que lo ofrece menos dificultades materiales. Hay, además, otra consideración: el idiota muchas veces sólo es idiota por la imperfección de sus órganos, pero su Espíritu puede estar más adelantado de lo que vosotros creéis; tenéis la prueba por ciertas evocaciones de idiotas muertos o vivos.
Observación. — Este es un hecho probado por la experiencia; nosotros hemos evocado varias veces a idiotas vivientes que han dado pruebas patentes de su identidad y respondían de un modo muy sensato y aun superior. Ese estado es un castigo para el Espíritu que sufre por el embarazo en que se encuentra. Un médium idiota puede, pues, algunas veces, ofrecer al Espíritu que quiere manifestarse más recursos de los que se cree.

20. ¿De dónde viene la aptitud de ciertos médiums para escribir en verso a pesar de su ignorancia en poesía? 
  • La poesía es un lenguaje; pueden escribir en verso así como pueden escribir en un lenguaje que no conocen; además pueden haber sido poetas en otra existencia, y como se os ha dicho ya, los conocimientos adquiridos nunca se pierden para el Espíritu que debe llegar a la perfección en todas las cosas. Entonces lo que ellos supieron les da, sin que lo conozcan, una facilidad que no tienen en el estado ordinario.
21. ¿Sucede lo mismo con aquellos que tienen una aptitud especial para el dibujo y la música?
  • Sí; el dibujo y la música son también modos de expresar el pensamiento; los Espíritus se sirven de los instrumentos que les ofrecen más facilidad.
22. ¿La expresión del pensamiento para la poesía, el dibujo o la música, depende únicamente de la aptitud especial del médium o de la del Espíritu que se comunica?
  • Unas veces del médium, otras del Espíritu. Los Espíritus superiores tienen todas las aptitudes; los Espíritus inferiores tienen conocimientos limitados.
23. ¿Por qué el hombre que tiene un talento superior en una existencia, no lo que tiene en una existencia siguiente?
  • No sucede siempre así porque muchas veces perfecciona en una existencia lo que ha empezado en otra, pero puede suceder que una facultad superior dormite cierto tiempo para dejar a otra más libertad para desarrollarse; es un germen latente que encontrará más tarde, y del que siempre quedan algunas señales, o al menos una vaga intuición.

Continuará...
AMOR FRATERNAL

domingo, 26 de mayo de 2013

La Oración

El Evangelio según el Espiritismo

Allan Kardec

Capitulo XXVII: PEDID Y SE OS DARÁ

Acción de la oración. Transmisión del pensamiento

9. La oración es una invocación; por ella nos ponemos con el pensamiento en relación con el ser a quien nos dirigimos. Puede tener por objeto suplicar, dar gracias o glorificar. Se puede orar para sí mismo, para otro, para los vivos y para los muertos. Las oraciones dirigidas a Dios son oídas por los espíritus encargados de la ejecución de su voluntad, y las que se dirigen a los buenos espíritus son transmitidas a Dios. Cuando se ruega a otros seres que a Dios, sólo es con el titulo de intermediarios, de intercesores, porque nada puede hacerse sin la voluntad de Dios.10. El Espiritismo hace comprender la acción de la oración, explicando el modo de transmitir el pensamiento, ya sea que el ser a quien se ruega venga a nuestro llamamiento, o que nuestro pensamiento llegue a el. Para formarse una idea de lo que sucede en esta circunstancia, es menester representar a todos los seres, encarnados y desencarnados, sumergidos con un fluido universal que ocupa el espacio, como aquí lo estamos en la atmósfera. Ese fluido recibe una impulsión de la voluntad; es el vehículo del pensamiento, como el aire lo es del sonido, con la diferencia de que las vibraciones del aire están circunscritas, mientras que las del fluido universal se extienden hasta el infinito. Luego, cuando el pensamiento se dirige hacia un ser cualquiera que está en la tierra o en el espacio, del encarnado al desencarnado o del desencarnado al encarnado, se establece una corriente fluidica entre los dos, la cual transmite el pensamiento como el aire transmite el sonido.
La energía de la corriente está en razón con la del pensamiento y de la voluntad.
Así es como la oración es oída por los espíritus en cualquier parte que se encuentren, como los espíritus se comunican entre sí, como nos transmiten sus inspiraciones y como se establecen relaciones a distancia entre los encarnados.
Esta explicación, es sobre todo, para aquellos que no comprenden la utilidad de la oración puramente mística; no es con objeto de materializar la oración, sino con el fin de hacer comprensible su efecto, manifestando que puede tener una acción directa y efectiva, sin que por esto deje de estar menos subordinada a la voluntad de Dios, juez supremo de todas las cosas y el único que puede hacer eficaz su acción.
11. Por la oración el hombre llama el concurso de los buenos espíritus que vienen a sostenerle en sus buenas resoluciones y a inspirarle buenos pensamientos, adquiriendo de este modo la fuerza moral necesaria para vencer las dificultades y volver a entrar en el camino derecho si se ha desviado, así como también puede desviar de sí los males que se atrae por sus propias faltas. Un hombre, por ejemplo, ve su salud deteriorada por los excesos que ha cometido, arrastrando hasta el fin de sus días una vida de sufrimientos; ¿tiene acaso, derecho a quejarse si no consigue la curación? No, porque en la oración hubiera podido encontrar la fuerza necesaria para resistir las tentaciones.
...
13. Dios, accediendo a la súplica que se le dirige, tiene la mira de recompensar la intención, la sinceridad y la fe del que ruega; por este motivo la oración del hombre de bien tiene más mérito a los hijos de Dios y siempre más eficacia que la del hombre vicioso y malo, porque éste no puede rogar con el fervor y la confianza que sólo se adquiere por el sentimiento de la verdadera piedad. Del corazón del egoísta, de aquél que ruega sólo con la articulación de la palabra, no pueden salir los impulsos de caridad que dan a la oración todo su poder. De tal modo así se comprende, que, por un movimiento instintivo, nos recomendamos con preferencia a las oraciones de aquellos cuya conducta se cree ser agradable a Dios, porque son más escuchados.14. Si la oración ejerce una especie de acción magnética, podría creerse que su efecto está subordinado al poder fluidico; pero no sucede así: puesto que los espíritus ejercen esta acción sobre los hombres, suplen cuando es necesario la insuficiencia del que ora, ya obrando directamente "en su nombre", ya dándole momentáneamente una fuerza excepcional, cuando se le juzga digno de este favor o cuando la cosa puede ser útil.
El hombre que no se cree bastante bueno para ejercer una influencia saludable, no por esto debe abstenerse de rogar por otro, con el pensamiento de que no es digno de ser escuchado. La conciencia de su inferioridad es una prueba de humildad siempre agradable a Dios, que toma en cuenta la intención caritativa que le anima su fervor y su confianza en Dios, son el primer paso de la vuelta al bien, y los buenos espíritus se felicitan de poderle alentar. La oración que no se escucha es la del "orgulloso que sólo tiene fe en su poder y en sus méritos, creyendo poder substituirse a la voluntad del Eterno".
15. El poder de la "oración" está en el pensamiento; no se concreta a las palabras, ni al lugar, ni al momento que se hace. Se puede, pues, rogar en todas partes y a todas horas, estando solo o acompañado. La influencia del lugar o del tiempo está en relación de las circunstancias que pueden favorecer el recogimiento. "La oración en común tiene una acción más poderosa cuando todos aquellos que oran se asocian de corazón a un mismo pensamiento y tienen un mismo objeto", porque es como si muchos levantasen la voz juntos y unísonos; pero ¡qué importaría estar unidos en gran número, si cada uno obrase aisladamente y por su propia cuenta personal! Cien personas reunidas pueden orar como egoístas, mientras que dos o tres, unidas en una común aspiración, rogarán como verdaderos hermanos en Dios, y su oración tendrá más poder que la de los otros ciento. (Cap. XXVIII, números 4 y 5).

Modo de orar

22. El primer deber de toda criatura humana, el, primer acto que debe señalar para ella la vuelta a la vida activa de cada día, es la oración. Casi todos vosotros rezáis, pero ¡cuán pocos saben orar! ¡Qué importan al Señor las frases que juntáis maquinalmente, porque tenéis esta costumbre, que es un deber que llenáis y que, como todo deber, os molesta!
La oración del cristiano, del espiritista, de cualquier culto que sea, debe ser hecha desde que el espíritu ha vuelto a tomar el yugo de la carne; debe elevarse a los pies de la majestad divina, con humildad, con profundidad, alentada por el reconocimiento de todos los bienes recibidos hasta el día, y por la noche que se ha pasado, durante la cual os ha sido permitido, aunque sin saberlo vosotros, volver al lado de vuestros amigos, de vuestros guías, para que con su contacto os den más fuerza y perseverancia. Debe elevarse humilde a los pies del Señor, para recomendarle vuestra debilidad, pedirle su apoyo, su indulgencia y su misericordia. Debe ser profunda, porque vuestra alma es la que debe elevarse hacia el Creador, la que debe transfigurarse como Jesús en el monte Tabor, y volverse blanca y radiante de esperanza y de amor.

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Estimados amigos, a continuación compartimos con Ustedes estos hermosos mensajes, que nos dejaron los espiritus, en relación a la importancia del sentimiento a la hora de elevar nuestras oraciones a Dios y a los Espiritus que nos ayudan a transitar nuestra existencia.

"Estimados amigos estoy nuevamente junto a Ustedes para decirles algunas palabras referente a la lectura que acaban de expresar, es ahí donde esta la calve para llegar a nuestro amado Padre, es a través de la plegaria donde pueden pedir, agradecer o loar a nuestro Creador y crean que a él llegarán todas las plegarias que estén hechas con el sentimiento puesto al bien para que estén protegidos, y crean que acercándose al Creador a través de la plegaria el camino hacia la espiritualidad será mas corto, sabemos que todos oran pero también sabemos que no siempre es el sentimiento el que se expresa sino la necesidad y no es lo mismo porque cuando sentimos necesidad exigimos pero cuando oramos con el sentimiento nuestra oración llega limpia de toda impureza, crean que esa oración llega a Dios o a los Espíritus a quienes se dirijan, crean que ellos desean que esa plegaria sea hecha con el sentimiento para acudir a Ustedes. Tengan presente esto que les digo y sus oraciones se convertirán en plegarias hechas con amor, hechas sin estados de desesperación, ni intereses personales que crean que muchas veces es lo que pasa. La oración debe estar limpia de toda impureza, tener deseos de bien, de amor hacia quien va dirigida y hacia vosotros mismos, me pareció oportuno hacer estas aclaraciones para que lo tengan presente en este trabajo que han de hacer, de los buenos sentimientos se desprenden las buenas acciones.
Queridos amigos los saludo, los fluidifico."
Espíritu de Verdad (25 -11-12)


"Estimados amigos mi presencia hoy aquí es para orientarlos con respecto a la plegaria u oración , la oración es algo sublime, en la oración, si va puesto el sentimiento, el amor y todos los sentimientos de bien que puedan tener, cuando se dirijan a Dios o a cualquiera de los Espíritus o seres desencarnados a los cuales ustedes quieran hacer llegar su oración, la combinación de los fluidos que emiten mas el fluido universal se unen para que esa vibración llegue a su destino.
Lo importante de esta oración, en el caso que vaya dirigida a un Espíritu que ha desencarnado, es que llega a el si esta dicha con el sentimiento y el Espíritu siente esos efluvios de amor y siente un gran alivio a sus penas; cuando la oración esta dirigida a un Espíritu de lo Alto y va dirigida con ese sentimiento de amor crean que el acudirá y los ayudara en lo que sea necesario; si esa oración llega a Dios limpia, pura, con todo el sentimiento de amor hacia él, el enviara Espíritus de bien para que los protejan y eso así lo percibirán, pero no hay que olvidarse del agradecimiento a Nuestro Creador por su bondad por su amor hacia sus hijos descarriados a los cuales ama y dará todas las oportunidades que sean necesarias para que ese ser progrese. Queridos amigos he querido hacerles una pequeña reseña de lo que es la oración y del significado que ella tiene, analicense cuando oran y vean que sentimientos los anima. Los saludo y los fluidifico."
Espiritu de Verdad.

"Querida amiga contestare con gusto a tu pregunta y te diré que el Espíritu cuando hace e pedido en la oración lo hace con una grado de necesidad o de desesperación por que siente esa necesidad de ser escuchado y de remediar su dolor, cuando el Espíritu hace ese pedido están las interferencias del mundo material, de los estados erróneos y no se hace con sinceridad con estado de amor, sino de complacerse el mismo a su deseo, pero esa oración no llega de una manera limpia con buenos sentimientos, el Espíritu debe tener la oración como un habito , debe hacerlo siempre tanto para su pedido o para agradecer y eso a la hora de esta oración cuenta, los Espíritus que estamos para escuchar estos pedidos debemos sentir esa necesidad de la persona que lo solicita, pero siempre distinguiendo cuales son los intereses o los buenos sentimientos, cuando la oración se hace con humildad y desde un estado de amor, puedo asegúrate que son escuchados y tenidos muy en cuenta para aliviar esa pena."
(27-11-12)
Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL

Inconvenientes y peligros de la Mediumnidad

El Libro de los Mediums

Allan Kardec


Influencia del ejercicio de la mediumnidad sobre la salud. – Ídem sobre el cerebro. – Ídem sobre los niños

221. 
1. ¿La facultad mediúmnica es indicio de un estado patológico cualquiera o simplemente anómalo?
  • Anómalo algunas veces, pero no patológico; hay médiums de una salud robusta; los que están enfermos lo están por otras causas.
2. ¿El ejercicio de la facultad mediúmnica puede ocasionar fatiga?
  • El ejercicio demasiado prolongado de cualquiera facultad causa fatiga; la mediumnidad está en el mismo caso principalmente la que se aplica a los efectos físicos; ocasiona necesariamente un gasto de fluido que produce la fatiga y se repara con el descanso.
3. ¿El ejercicio de la mediumnidad puede tener inconvenientes para sí mismo desde el punto de vista higiénico, abstracción hecha del abuso?
  • Hay casos en que es prudente y aun necesario el abstenerse de ese ejercicio, o al menos moderarlo; eso depende del estado físico y moral del médium. Por otra parte el médium lo conoce generalmente: cuando se fatiga debe abstenerse.
4. ¿Hay personas para las cuales este ejercicio tiene más inconvenientes que para otras?
  • He dicho que esto depende del estado físico y moral del médium. Hay personas que deben evitar toda causa de sobreexcitación, y esta es una de ella. (Números 188 y 194).
5. ¿La mediumnidad podría producir la locura? 
  • Menos que cualquiera otra cosa, cuando no hay predisposición por la debilidad del cerebro. La mediumnidad no producirá la locura cuando el principio no existe; pero si el principio existe, lo que es fácil reconocer en el estado moral, el buen sentido dice que es menester usar de miramientos bajo todos los aspectos, porque toda causa de conmoción puede ser dañosa.
6. ¿Hay inconveniente en desarrollar la mediumnidad en los niños?
  • Ciertamente, y sostengo que es muy peligroso; porque estas organizaciones tiernas y delicadas se conmoverían demasiado y su joven imaginación se sobreexcitaría; por lo mismo los padres discretos les alejarán de estas ideas o al menos solo les hablarán desde el punto de vista de las consecuencias morales.
7. Sin embargo, hay niños que son médiums naturalmente, ya sea para los efectos físicos, ya para la escritura y las visiones, ¿tiene esto el mismo inconveniente?
  • No; cuando la facultad es espontánea en un niño, es que está en su naturaleza y que su constitución se presta a ella; eso no es lo mismo que cuando es provocado y sobreexcitado.
  • Observad que el niño que tiene visiones, se impresiona generalmente poco por ellas; le parece una cosa muy natural, en la cual solo se fija débilmente, y a menudo olvida; más tarde el hecho se le presenta en la memoria y se lo explica fácilmente si conoce el Espiritismo.
8. ¿Cuál es la edad en la cual se puede, sin inconveniente, ocuparse de la mediumnidad?
  • No hay edad precisa; eso depende enteramente del desarrollo físico y aún más del moral; hay niños de doce años que se afectarán menos que ciertas personas adultas. Hablo de la mediumnidad en general, pero la que se aplica a los efectos físicos fatiga más corporalmente; la escritura tiene otro inconveniente que se refiere a la inexperiencia del niño, en el caso que quisiera ocuparse a solas y hacer de ello un juego.
222. La práctica del Espiritismo, como lo veremos más adelante, pide mucho tacto para librarse de las astucias de los Espíritus mentirosos; si los hombres son sus juguetes, la infancia y la juventud están aún más expuestos por razón de su inexperiencia. Se sabe, además, que el recogimiento es una condición sin la cual no se pueden tener relaciones con los Espíritus formales; las evocaciones hechas con aturdimiento y a manera de diversión, son una verdadera profanación que abre fácil acceso a los Espíritus burlones o malévolos; como no se puede esperar de un niño la gravedad necesaria para un acto semejante, sería de temer que hiciese de ella un juego si quedase entregado a sí mismo. Aun en las condiciones más favorables, es de desear que un niño dotado de la facultad mediúmnica no la ejerza sino a la vista de personas experimentadas que le enseñarán con su ejemplo el respeto que se debe a las almas de aquellos que han vivido. Se ve, según eso, que la cuestión de la edad está subordinada a las circunstancias del temperamento, como del carácter. Sin embargo, lo que resalta claramente de las respuestas anteriores, es que no se debe excitar el desenvolvimiento de esta facultad en los niños cuando no es espontánea, y que en todos los casos es preciso usar de esta con gran circunspección; que no se debe tampoco excitarla ni alentarla entre las personas débiles. Es necesario desviar de esto, por todos los medios posibles, a los que hubiesen dado los menores síntomas de excentricidad en las ideas o debilidad de las facultades mentales, porque hay en ellas predisposición evidente a la locura que cualquiera causa sobreexcitante puede desenvolver. Las ideas espiritistas no tienen bajo este aspecto una influencia mayor, pero viniendo a declararse la locura, tomaría el carácter de la preocupación dominante, como tomaría un carácter religioso si la persona se daba con exceso a las prácticas de devoción y se haría de esto responsable al Espiritismo. Lo que mejor puede hacerse con cualquier individuo que muestre una tendencia a la idea fija, es el dirigir sus preocupaciones por otra parte, a fin de procurar el descanso a los órganos debilitados.
Llamamos acerca de lo mismo la atención de nuestros lectores sobre el párrafo XII de la Introducción de El libro de los Espíritus.

AMOR FRATERNAL

sábado, 25 de mayo de 2013

Laboratorio del mundo invisible

El Libro de los Mediums

Allan Kardec
Segunda Parte: DE LAS MANIFESTACIONES ESPIRITISTAS
Capitulo VIII

Trajes de los Espíritus. – Formación espontánea de objetos tangibles. – Modificación de las propiedades de la materia. – Acción magnética curativa.


126. Hemos dicho que los Espíritus se presentan vestidos con sus túnicas, ropajes o con sus trajes ordinarios. Los ropajes parecen ser la costumbre general en el mundo de los Espíritus; pero uno no comprende de dónde salen semejantes trajes, parecidos enteramente a los que llevaban en vida, con todos los accesorios de tocador. Es cierto que ellos no se llevaron estos objetos consigo, puesto que los que realmente vestían los tenemos aún a la vista; ¿de dónde provienen, pues, los que llevan en el otro mundo? Esta cuestión siempre ha embarazado bastante, pero para muchos era un simple asunto de curiosidad; confirma sin embargo, una cuestión de principio de gran importancia, porque su solución nos ha puesto en el camino de una ley general, que encuentra igualmente su aplicación a nuestro mundo corporal. Muchos hechos han venido a complicarla y a demostrar la insuficiencia de las teorías que se habían ensayado.
Hasta cierto punto podía darse cuenta del traje, porque puede considerársele como haciendo de algún modo parte del individuo; pero no es así en cuanto a los objetos accesorios, como por ejemplo la caja de tabaco del caballero que visitó a la señora enferma, de la cual hemos hablado (número 117). Notamos con este motivo que no se trata aquí de un muerto, sino de un vivo, y que este caballero cuando volvió en persona tenía una caja de tabaco parecida en un todo. ¿En dónde encontró, pues, el Espíritu, la que tenía cuando estaba al pie de la cama de la enferma? Podríamos citar gran número de casos en que Espíritus muertos o vivos se aparecen con diversos objetos, tales como bastones, armas, pipas, linternas, libros, etc.
Entonces se nos ocurrió la idea de que los cuerpos inertes podían tener sus análogos etéreos en el mundo invisible; que la materia condensada que forma los objetos podía tener una parte esencial fuera del alcance de nuestros sentidos. Esta teoría no estaba desnuda de verosimilitud, pero no era suficiente para dar razón de todos los hechos. Sobre todo hay uno que debe burlar todas las interpretaciones. Hasta entonces sólo se había tratado de imágenes o apariencias. Hemos visto muy bien que el periespíritu puede adquirir las propiedades de la materia y hacerse tangible, pero esta tangibilidad sólo es momentánea, y el cuerpo sólido se desvanece como una sombra. Este es un fenómeno muy
extraordinario, pero lo es mucho mayor el verse producir la materia sólida persistente, así como lo prueban numerosos hechos auténticos, y notablemente el de la escritura directa, de la que hablaremos en detalle en un capítulo especial. Sin embargo, como este fenómeno tiene íntima relación con el asunto que tratamos en este momento, y que es una de las aplicaciones más positivas, nos anticiparemos al orden que tenemos establecido.
Imagen solo ilustrativa

127. La escritura directa o pneumatografía es aquella que se produce espontáneamente sin auxilio de la mano del médium ni del lápiz. Basta tomar una hoja de papel blanco, lo que se puede hacer con todas las precauciones necesarias para no ser chasqueado por ninguna superchería, doblarla y colocarla en alguna parte, en un cajón o simplemente sobre un mueble, y si se tienen las condiciones que se requieren, al cabo de cierto tiempo más o menos largo se encuentran en el papel caracteres trazados, diversos signos palabras, frases y aun discursos, las más de las veces con una sustancia pardusca parecida al plomo; otras veces con lápiz encarnado, tinta ordinaria y aun tinta de imprenta. He aquí el hecho en toda su sencillez, y cuya reproducción, aunque poco común, no es, sin embargo, muy rara, porque hay personas que lo obtienen con mucha facilidad. Si se ponía el lápiz con el papel se podría creer que el Espíritu se ha servido de él para escribir; pero desde el momento que el papel está enteramente solo, es evidente que la escritura está formada por una materia depositada. ¿De dónde ha tomado el Espíritu esta materia? Tal es la pregunta que hemos dicho, a cuya solución nos ha inducido la caja de tabaco de que más arriba hemos hablado.

128. El Espíritu de San Luis nos ha dado esta solución con las respuestas siguientes:
1. Hemos citado un caso de aparición del Espíritu de una persona viva. Este Espíritu tenía una caja de tabaco y tomaba polvo. ¿Sentía, efectivamente, la impresión del que toma povo en realidad? 
  • No.
2. Esta caja de tabaco tenía la misma forma que la que él usaba ordinariamente y que estaba en su casa. ¿Qué era, pues, la caja de tabaco que tenía este hombre en sus manos?  
  • Una apariencia; sucedió de este modo para que notase la circunstancia, como lo ha sido, y que la aparición no se tomase por una alucinación producida por el estado de salud del vidente. El Espíritu quería que esta señora creyese en la verdad de su presencia, y tomó todas las apariencias de la realidad.
3. Decís que fue una apariencia; pero una apariencia nada tiene de real, es como una ilusión de óptica; nosotros quisiéramos saber: ¿esta caja de tabaco sólo era una imagen sin realidad, o tenía alguna cosa de material?
  • Ciertamente: con ayuda de este principio material es como el periespíritu toma la apariencia de vestidos semejantes a los que llevaba el Espíritu cuando vivía.
Observación.Es evidente que en este caso la palabra apariencia debe tomarse en el sentido de aspecto, imitación. La casa de tabaco real no estaba allí; la que tenía el Espíritu sólo fue la representación: era, pues, una apariencia comparada con el original, aunque formada de un principio material.

4. ¿Acaso sería doble la materia inerte? ¿Y habría en el mundo de los Espíritus una materia esencial que revistiera la forma de los objetos que vemos? En una palabra, ¿estos objetos tendrían su doble etéreo en el mundo invisible, así como los hombres están representados en él por los Espíritus? 
  • Esto no se opera de este modo; el Espíritu tiene sobre los elementos materiales esparcidos por todas partes en el espacio y en vuestra atmósfera, una potencia que estáis lejos de adivinar. Puede a su gusto concentrar estos elementos y darles la forma aparente acomodada a sus proyectos.
5. Os haré la pregunta de nuevo de una manera categórica, a fin de evitar todo equívoco.  ¿Los vestidos con que se cubren los Espíritus son alguna cosa?
  • Me parece que mi respuesta precedente resuelve la cuestión. ¿No sabéis que el mismo periespíritu es también algo?
6. Resulta de esta explicación que los Espíritus hacen sufrir a la materia etérea transformaciones a su gusto y que de este modo, por ejemplo, se hizo la caja de tabaco; el Espíritu no la encontró hecha, sino que la hizo él mismo en el momento que la necesitaba, por un acto de su voluntad, y que pudo deshacerla; lo mismo debe ser en cuanto a los otros objetos, tales como vestido, joyas, etc. 
  • Esto es evidente.
7. Esta caja de tabaco fue visible para esta señora, al punto de hacerla ilusión. ¿Hubiera podido el Espíritu hacerla también tangible para ella?
  • Lo hubiera podido.
8. ¿Si hubiese llegado el caso, hubiera podido tomarla en sus manos, creyendo tener una verdadera caja de tabaco?
  • Sí.
9. ¿Si la hubiera abierto, probablemente habría encontrando tabaco; si lo hubiese tomado le hubiera hecho estornudar?
  • Sí.
10. ¿El Espíritu puede, pues, dar no sólo la forma, sino las propiedades especiales?
  • Si él lo quiere; y en virtud de este principio he respondido afirmativamente a las preguntas precedentes. Tendréis pruebas de la poderosa acción que ejerce el Espíritu sobre la materia, lo que estáis lejos de comprender, como os he dicho ya.
11. Supongamos, pues, que hubiera querido hacer una sustancia venenosa, y si una persona la hubiese tomado, ¿se hubiera envenenado?
  • Lo hubiera podido, pero no lo hubiera hecho; no se le hubiese permitido.
12. ¿Podría haber hecho una sustancia saludable y propia para curar una enfermedad, y se ha presentado este caso?
  • Sí, muy a menudo.
13. Entonces podría hacer una sustancia alimenticia; supongamos que hubiese hecho un fruto, un manjar cualquiera, ¿se hubiera podido comer y quedar saciado?
  • Sí, sí; pero no investiguéis tanto para encontrar lo que es tan fácil de comprender. Basta un rayo de sol para hacer perceptibles a vuestros órganos groseros estas partículas materiales que llena el espacio en medio del cual vivís; ¿no sabéis que el aire contiene vapores de agua? condensadlos, los pondréis en el estado normal; privadles del calor y he aquí que esas moléculas impalpables e invisibles vienen a ser un cuerpo sólido y muy sólido, y muchas otras sustancias de las cuales los químicos os sacarán maravillas más admirables aún; sólo el Espíritu posee instrumentos más perfectos que los vuestros: la voluntad y el permiso de Dios.
Observación. La cuestión de saciedad es aquí muy importante. ¿Cómo una sustancia que no tiene sino una existencia y propiedades temporales y en algún modo de convención puede producir la saciedad?
Esta sustancia por su contacto con el estómago, produce la sensación de saciedad, pero no la saciedad resultante de la plenitud. Si tal sustancia puede obrar sobre la economía y modificar un estado mórbido, puede del mismo modo obrar también sobre el estómago y en ello producir el sentimiento de la saciedad. Rogamos, sin embargo, a los señores farmacéuticos y fondistas que no conciban celos, ni crean que los Espíritus vengan a hacerles la competencia; estos casos son raros, excepcionales, y no despenden jamás de la voluntad; de otro modo se alimentaría y curaría a muy poco precio.

14. ¿Los objetos hechos tangibles por la voluntad del Espíritu, podrían tener un carácter de permanencia y de estabilidad, y venir a ser usuales?
  • Esto se podría, pero no se hace; está fuera de las leyes.
15. ¿Todos los Espíritus tienen en el mismo grado el poder de producir objetos tangibles?
  • Es cierto que cuanto más elevado está el Espíritu, más fácilmente lo obtiene; pero aun esto depende de las circunstancias; los Espíritus inferiores pueden obtener este poder.
16. ¿El Espíritu sabe siempre cómo produce ya sean sus vestidos, y sean los objetos de los cuales ofrece la apariencia?
  • No; muchas veces concurre a su formación por un acto instintivo que él mismo no comprende, si no es bastante ilustrado para esto.
17. ¿Si el Espíritu puede tomar en el elemento universal los materiales para hacer todas estas cosas, darles una realidad temporal con sus propiedades, puede también sacar del él lo que necesite para escribir, y por consecuencia esto nos parece que da la llave del fenómeno de la escritura directa? 
  • ¡Por fin hemos llegado a donde queríais!
Observación. Aquí era en efecto adonde queríamos venir a parar con todas nuestras preguntas preliminares; la respuesta prueba que el Espíritu había leído nuestro pensamiento.
 
18. ¿Si la materia de que se sirve el Espíritu no tiene persistencia, cómo es que las señales de la escritura directa no desaparecen?
  • No censuréis las palabras; en primer lugar que yo no he dicho: jamás; se trataba entonces de un objeto material voluminoso; ahora se trata de caracteres trazados que siendo útil conservarles se les conserva. He querido decir que los objetos compuestos de este modo por el Espíritu no podrían llegar a ser objetos usuales porque en realidad no hay agregación de materia como en vuestros cuerpos sólidos.

129. La expresada teoría puede resumirse de este modo: El Espíritu obra sobre la materia; toma en la materia cósmica universal, los elementos necesarios para formar a su gusto los objetos, teniendo la apariencia de los diversos cuerpos que existen sobre la Tierra. Puede igualmente operar sobre la materia elemental, por su voluntad, una transformación íntima que le da propiedades determinadas. Esta facultad es inherente a la naturaleza del Espíritu, quien la ejerce muchas veces como un acto instintivo cuando esto es necesario, y sin darse cuenta. Los objetos formados por el Espíritu tienen una existencia temporal, subordinada a su voluntad o a la necesidad; puede hacerlos y deshacerlos a su gusto. Estos objetos pueden, en ciertos casos, tener a los ojos de las personas vivas, todas las apariencias de la realidad; esto es, venir a ser momentáneamente visibles y aún tangibles. Hay formación pero no creación, atendido que el Espíritu no puede sacar nada de la nada.130. La existencia de una materia elemental única, poco le falta para ser generalmente admitida hoy día por la ciencia y confirmada como se ha visto por los Espíritus. Esta materia da nacimiento a todos los cuerpos de la naturaleza; por las transformaciones que sufre, produce también las diversas propiedades de estos mismos cuerpos, así es que una sustancia saludable puede convertirse en venenosa por una simple modificación; la química nos ofrece de ello numerosos ejemplos.
Todos saben que dos sustancias inocentes combinadas en ciertas proporciones pueden producir una que sea muy perniciosa. Una parte de oxígeno y dos de hidrógeno ambos inofensivos, forman el agua; añadid un átomo de oxígeno y tendréis un líquido corrosivo. Sin cambiar las proporciones, basta muchas veces un simple cambio en el modo de agregación molecular para cambiar las propiedades; así es que un cuerpo opaco puede convertirse en transparente y viceversa. Puesto que el Espíritu tiene por su sola voluntad una acción tan poderosa sobre la materia elemental, se concibe que pueda no sólo formar sustancias, sino también desnaturalizar las propiedades; aquí la voluntad hace el efecto de
un reactivo.
131. Esta teoría nos da la solución de un hecho bien conocido en magnetismo, pero hasta ahora inexplicable; el cambio de las propiedades del agua por la voluntad. El Espíritu que obra es el de magnetizador, lo más a menudo asistido por un Espíritu extraño; opera una transmutación con ayuda del fluido magnético que, como se ha dicho, es la sustancia que se aproxima más a la materia cósmica o elemento universal. Si puede operar una modificación en las propiedades del agua, puede igualmente producir un fenómeno análogo sobre los fluidos del organismo, y de ahí el efecto curativo de la acción magnética convenientemente dirigida.
Se sabe ya el papel capital que hace la voluntad en todos los fenómenos del magnetismo; pero ¿cómo se explica la acción material de un agente tan sutil? La voluntad no es un ser, una sustancia cualquiera, ni siquiera es una propiedad de la materia más etérea; la voluntad es el atributo esencial del Espíritu, esto es, del ser pensador. Con la ayuda de esta palanca obra sobre la materia elemental, y por una acción consecutiva reacciona sobre sus compuestos, cuyas propiedades íntimas pueden así ser transformadas.
La voluntad es el atributo del Espíritu encarnado y del Espíritu errante; de ahí la potencia del magnetizador, potencia que se sabe está en razón de la fuerza de voluntad. El Espíritu
encarnado, pudiendo obrar sobre la materia elemental, puede igualmente variar las propiedades de ésta en ciertos límites;
así es cómo se explica la facultad de curar por el contacto y la imposición de manos, facultad que algunas personas poseen en un grado más o menos grande. (Véase en el capítulo de los médiums el artículo relativo a los médiums curanderos. Véase también la Revista Espírita, julio de 1859, pág. 184 y 189: “El suabo de Margenta; un oficial del ejército en Italia”).