jueves, 12 de marzo de 2015

UN NUEVO NIVEL DE COMPRENSIÓN: LA EMPATÍA

Una de las frases más famosas de la literatura inglesa dice: “No preguntes por quién doblan las campanas, están doblando por ti”. Esta poderosa frase encierra el núcleo y el significado más profundo de la empatía. Una poderosa sintonía que responde a una verdad, la cual, reside en lo hondo de cada persona; los sentimientos y padecimientos de otro ser humano no pueden pasar inadvertidos ante nuestros ojos. Y esta genuina capacidad, la habilidad de saber y compenetrar con lo que siente el otro, es lo que propicia el crecimiento y el desarrollo de nuestra especie.

Sin embargo, en nuestra sociedad actual, los comportamientos empáticos escasean en detrimento del egoísmo y la individualidad. Ante este panorama, surgen las siguientes preguntas: ¿Cómo se genera una manera de ser empática? ¿Cuáles son las claves para desarrollar una empatía eficiente? La empatía se construye sobre la propia conciencia de lo que somos como individualidad y colectivo.

Cuanto más abiertos estemos a nuestras propias emociones, más hábiles seremos para interpretar los sentimientos de los demás. El requisito previo para desarrollar una empatía eficiente es ser capaz de evaluar profundamente nuestras emociones y sentimientos, viendo cuáles son sus interrelaciones con la realidad y el entorno próximo que nos rodea. Esto nos proporcionará la fuerza y claridad mental necesarias para posicionarnos y entender adecuadamente la conducta y las emociones que rigen el comportamiento de los demás.

Una de las claves para intuir los sentimientos del otro está en la habilidad para interpretar el lenguaje no-verbal: Así como la mente racional se expresa a través de palabras y razonamientos lógicos, las emociones, sin embargo, se expresan a través de posturas, expresiones faciales o tonos de voz particulares. Esta singular habilidad de detectar e interiorizar adecuadamente el significado implícito del lenguaje no verbal, nos ayudará a adelantarnos a las necesidades y requerimientos del otro. De esta manera, sabremos cómo actuar y aportar la solución adecuada que logre serenar el estado emocional de la persona necesitada.

La empatía también tiene una estrecha relación con el amor y la compasión. Los seres humanos tenemos la habilidad innata de sentir y “ponernos en la piel” de otro, entre otras cosas, porque nos vemos reflejados en los sucesos que vivencia la otra persona. En este preciso instante nos percatamos de que las necesidades de alguien son en realidad las nuestras, ya que todos viajamos en la misma nave que se llama VIDA. La vida nos depara aprendizajes, experiencias, obstáculos, dichas y penas, y cada uno de nosotros sin excepción pasa por cada una de estas fases. Cuando tomamos verdadera conciencia de esto, es cuando aplicamos la compasión (entendida como empatía en acción) con cada ser que habita este mundo.

Está demostrado que las personas altamente empáticas, son personas más alegres, felices y sensibles. Y esto es así, porque la retroalimentación que se obtiene siendo empático va en consonancia con las virtudes que ésta lleva adheridas. Si nuestro patrón de conducta y comportamiento siempre tiene en cuenta las necesidades y el bienestar de los demás, nuestro patrón se verá fortalecido y ampliado, porque recibirás más de lo mismo. Tu siembra será tu cosecha, al igual que lo que reflejas en el exterior es un espejo de tu alma.

Debemos trabajar y fortalecer la empatía no solo con nuestro círculo más cercano, sino con todo aquel que necesite apoyo y ayuda. Nadie se merece quedar desatendido y desamparado ante sucesos que cualquiera de nosotros puede atender de manera efectiva, solidaria y compasiva. Los beneficios de esta práctica son innumerables tanto para el que los recibe como para el que los ejecuta. Brindemos nuestro máximo exponente y tacto emocional a todo aquel que lo necesite. Un mundo mejor es posible si todos desarrollamos esta magnífica virtud.

“La empatía es la capacidad de pensar y sentir la vida interior de otra persona como si fuera la propia”


Ignacio Novo

Un abrazo fraterno.
AMOR FRATERNAL